Bilbao - El debate en torno a la portería del Athletic amenaza con reabrirse en las próximas fechas. Concretamente, a partir del 4 de julio, cuando la primera plantilla rojiblanca está citada para volver al trabajo. Hasta cuatro guardametas, sin ir más lejos, participarán en una pretemporada en la que Gaizka Garitano deberá hilar fino para diseñar con tino una parcela en la que Iago Herrerín (Bilbao, 25-I-1988) asoma como el cancerbero más veterano. A sus 31 años, el meta bilbaino encara su séptima temporada como león y compartirá preparación veraniega con Unai Simón (Gasteiz, 11-VI-1997), Hodei Oleaga (Laudio, 29-XII-1996) y Jokin Ezkieta (Atarrabia, 17-VIII-1996), cuya incorporación procedente del Barcelona B confirmó Rafa Alkorta en la noche del lunes en Telebilbao.

El director deportivo del Athletic, que confesó no haber seguido demasiado al portero navarro, algo que sí ha hecho Peio Agirreoa, aseguró que el de Atarrabia “mal portero no puede ser” al haber pertenecido al Barça -la pasada campaña disputó diez partidos de liga en Segunda B antes de caer lesionado en el mes de marzo- y anticipó que pasará a formar parte de la nómina de guardametas rojiblancos próximamente a la espera de que sea Garitano quien dicte sentencia antes del inicio del próximo curso. En la puesta de largo de la pretemporada, programada para dentro de dieciséis días en la factoría bilbaina, serán Herrerín, Oleaga y el citado Ezkieta quienes comparezcan, toda vez que Simón disfrutará de unos días extra de vacaciones como consecuencia de su participación en el Europeo sub’21 que la selección española está disputando en Italia. A su vuelta, todo hace indicar que Oleaga hará las maletas para salir en calidad de cedido a un equipo de Segunda División, quedando así tres porteros a las órdenes del técnico derioztarra.

Será entonces, salvo giro previo en los acontecimientos, cuando Garitano deba dar forma definitiva a la guarida rojiblanca, donde vuelve a sobrevolar la posibilidad de vislumbrar un trío de porteros formado, en este caso, por Herrerín, Simón y Ezkieta. Sin competición europea de por medio, los minutos a repartir resultarían escasos para los tres, pero será el entrenador vizcaino quien tenga la última palabra al respecto. En el recuerdo colectivo, eso sí, permanece lo ocurrido en la campaña 2016-17, en la que el Athletic contó también con tres cancerberos. Entonces fueron Gorka Iraizoz, Kepa Arrizabalaga y el propio Herrerín quienes pugnaron por minutos y partidos bajo las órdenes de Ernesto Valverde, quien dibujó una rotación entre los tres. Los dos primeros se repartieron la liga, mientras que el bilbaino, superviviente en una portería de la que ya ha visto salir a ambos y a Alex Remiro, fue el escogido para disputar la Europa League y la Copa.

DE TRES PORTEROS, A DOS Así fue hasta que el 30 de noviembre de 2016, cansado de la insólita situación, Herrerín vio con buenos ojos recalar como cedido en el Leganés para ser titular en el campeonato de la regularidad y disfrutar así de una desconocida continuidad hasta entonces. La temporada siguiente (2017-18) retornó a Bilbao y ya sin Iraizoz en el Athletic, fue Arrizabalaga quien le apartó de una titularidad que alcanzó el pasado curso tras la marcha del ondarrutarra al Chelsea y la negativa de Remiro a renovar su contrato como león.

Una inoportuna lesión en la recta final de la pretemporada, no obstante, retrasó el asalto de Herrerín a una condición de titular de la que disfrutó durante las primeras siete jornadas un eficiente Simón. Se abrió entonces un debate que Eduardo Berizzo se encargó de cerrar concediendo la titularidad al bilbaino cuando se restableció de su percance muscular en el bíceps braquial derecho. Garitano, al igual que el técnico argentino, también depositó su confianza en Herrerín relegando al banquillo a Simón, quien afronta el curso entrante con el objetivo de luchar de tú a tú por ser el cancerbero titular en liga.

Ezkieta, el tercero en cuestión con el permiso de Oleaga, quien apunta a una cesión tras dos temporadas en el Bilbao Athletic, aterrizará en Bilbao para poner las cosas difíciles a ambos y dibujar, de entrada, un escenario con cuatro porteros que podría derivar en un trío que no trae buenos recuerdos a Herrerín. En manos de Garitano, así las cosas, queda la confección final de una portería renovada y con un debate, también renovado, a la vuelta de la esquina.