LA afición del Athletic respiró con total tranquilidad cuando el colegiado Iglesias Villanueva pitó el final del encuentro con el 0-1 en el luminoso. La conclusión de un insípido partido que permitió a los rojiblancos afrontar los últimos cuatro partidos de liga con aspiraciones europeas. Como buen athleticzale, Aitor Pereira, presidente de la agrupación de peñas del Athletic y miembro de la peña Koldo Agirre, sufrió de lo lindo con sus compañeros y compañeras en el Bar Dayton de Santutxu, sede de la peña Adiskideak: “Tenemos nuestro txoko en el Casco Viejo, pero no tenemos televisión, por lo que solemos venir a este bar a verlo con los amigos y las amigas”.

El vecino de Bolueta se mostró sorprendido con el esquema que planteó Gaizka Garitano en Butarque, ya que, además de innovar con el patrón, volvió a dar la titularidad a Iñigo Lekue y a Mikel Rico, mientras que Iker Muniain tuvo que ver el partido desde el banquillo.

En lo que a juego se refiere, la primera parte dejó mucho que desear. Tan solo los disparos lejanos inquietaron a un Athletic en el que destacaron los buenos centros de Iñigo Lekue. Poco antes de la llegada del paso por el vestuario, los rojiblancos se encontraron con un gol en propia puerta a la salida de un buen córner votado por el, ayer carrilero, de Deusto. “Hay que darle las gracias a En-Nesyri, porque ha metido todo un golazo. Esto es lo que se llama un gol psicológico que viene de un gran centro de Lekue. Era lo que veníamos avisando durante el partido”, declaraba un alegre Pereira.

La tónica de la segunda parte resultó algo diferente. Los pupilos de Garitano se pusieron el traje del sufrimiento y, por ende, también se lo tuvo que vestir la afición. El Leganés dejó claro desde el principio que iba a por el empate y el Athletic optó por renunciar al ataque. “Está bien que defendamos el resultado, pero hay que tratar de mantener algo más el balón y de tener alguna ocasión”, advertía el de Bolueta. Los pepineros se acercaron sin ocasiones claras al área de Iago Herrerín, pero fue Iñaki Williams quien pudo sentenciar en el minuto 75 en un mano a mano ante Cuéllar, haciendo a la afición echarse las manos a la cabeza: “¡Uy! ¡Que pena!”.

La entrada de El Zhar aportó al conjunto de Pelegrino más desborde, pero la zaga rojiblanca supo sufrir y defender la diferencia en el marcador con uñas y dientes hasta el pitido final. Pereira, junto a su cuadrilla, brincó de alegría, al igual que Garitano y el resto de jugadores del banquillo. “El partido ha sido de lo más soso, pero nos traemos a casa los tres puntos, que era el objetivo. Ahora ya podemos mirar a Europa y nuestra principal preocupación pasa por ganar el sábado al Alavés y seguir trabajando duro”, dijo Pereira, que puso la voz a una afición que a buen seguro alentará a sus jugadores en el importante derbi de la siguiente jornada.