bilbao - Markel Susaeta (Eibar, 14 de diciembre de 1987) atraviesa por su pico más bajo a lo largo de sus doce temporadas en el Athletic. El capitán, que en el partido de vuelta de la eliminatoria de Copa frente al Sevilla en el Sánchez Pizjuán alcanzó la mítica cifra de 500 encuentros oficiales como rojiblanco, ejerce un papel casi residual desde que Gaizka Garitano se hiciera cargo del primer equipo en sustitución de Eduardo Berizzo. La apuesta por el técnico derioztarra puede marcar un antes y un después para Susaeta, un futbolista top en la historia de la entidad bilbaina pero que quizá no ha contado con el debido reconocimiento social del que sí han gozado otros futbolistas con menos recorrido y números más discretos que el interior, que podría encontrarse en la fase final de su trayectoria en el Athletic a tenor de las sensaciones que proyecta y del menguante protagonismo que está cogiendo sobre el césped.
La Junta Directiva presidida por Aitor Elizegi tiene el caso sobre su mesa. Es un asunto crucial, pero aún no se ha tomado una decisión definitiva sobre el futuro del capitán del Athletic, cuyo contrato, como se conoce, expira el próximo 30 de junio. El eibartarra, a sus 31 años de edad, debe solucionar su futuro a corto plazo, por lo que, según subrayó en su última comparecencia ante los medios de comunicación, está a la espera de mantener alguna conversación con el club ya que no había recibido llamada alguna al respecto, aunque tampoco es una cuestión que le obsesione. Sin embargo, los plazos corren precisamente cuando su rol ha perdido impacto en los últimos tiempos y que coincide con el fichaje de Ibai Gómez, un compañero que compite en la misma posición que el eibartarra y que sí cuenta para el entrenador, como bien se ha reflejado en los tres últimos encuentros de liga de los leones.
Susaeta, el quinto jugador de la historia del Athletic en superar la barrera de los 500 partidos, carga con sus peores cifras desde que debutara en el primer equipo en la segunda jornada de la campaña 2007-08. Encadena seis encuentros consecutivos de liga sin comparecer minuto alguno, su peor racha en estos doce años como rojiblanco y que delata el ostracismo al que le ha relegado Garitano, que, en cambio, sí le ha alineado en los dos duelos de la eliminatoria copera frente al Sevilla. No juega en liga desde el derbi de Mendizorrotza frente al Alavés, en el que completó los noventa minutos, lo que ha generado una especie de incredulidad en el entorno athleticzale, sorprendido por el cometido secundario que desempeña el capitán, un fijo para Joaquín Caparrós, pese a sus altibajos en las dos primeras campañas de las cuatro de la etapa del utrerano en el banquillo bilbaino; Marcelo Bielsa, con el que lo jugó casi todo; Ernesto Valverde, con el que hizo pleno en el primer curso del txingurri, pero que también le dio menos opciones en su último ejercicio; José Angel Ziganda, con el que se recuperó; y Eduardo Berizzo, con el que solo se perdió un partido por sanción.
El plan de Garitano parece que no guarda un sitio a Susaeta, quien, sin embargo, sí tuvo presencia en los tres primeros partidos del entrenador vizcaino, ya que compareció en el estreno del técnico en Huesca y en los duelos ligueros frente al Girona y el Alavés. Desde el derbi ante los de Abelardo, saldado con un empate sin goles, el capitán ya no ha vuelto a ejercer en liga, lo que ofrece su punto llamativo. Hay que remontarse a las dos primeras campañas con Caparrós al frente para encontrar antecedentes similares y a dos temporadas atrás, la última de la era Valverde, en la que Susaeta únicamente participó en 26 encuentros de liga, once de ellos como titular, para acumular un recorrido total de 1.014 minutos. Paradójicamente fue en ese curso, en octubre de 2016, cuando el hoy capitán rojiblanco firmó su vigente contrato.
el paso de iraola Rafa Alkorta, director deportivo, maneja el caso Susaeta y es el que debe tomar la primera decisión en consenso con Aitor Elizegi, que conoce que el capitán, homenajeado en San Mamés en la cita frente al Betis al cumplir su medio millar de encuentros, es un activo de la institución gracias a su brillante trayectoria en estos doce últimos años, a los que hay que sumar otros diez más, ya que recaló en Lezama en edad alevín, momento en que inició una formación ejemplarizante que le llevó al primer equipo. Debutó como león el 2 de septiembre de 2007 en el Camp Nou, con gol incluido, y el domingo podría reencontrarse con el Barcelona, equipo al que más ocasiones se ha enfrentando, 31, a lo largo de su carrera profesional y ante el que ha materializado tres tantos, además de guardar el recuerdo inolvidable del título de la Supercopa en 2015.
El club no es la única parte que marcará el futuro a corto plazo de Susaeta, que debe sopesar cuál sería su impacto en el equipo. Ya recalcó el pasado 9 de enero que “desde hace meses mi entorno y yo sabemos lo que quiero”, una expresión rotunda, pero que da para muchas lecturas. Lo cierto es que el capitán rojiblanco no desea ejercer un rol secundario y, según algunos sondeos, podría incluso dar por cerrado en junio su largo periplo en el Athletic y probar en otro tipo de fútbol, como ya hiciera en su momento Andoni Iraola.