Bilbao - En un palacio se vive mejor. Es lo que debieron pensar directivos y jugadores del Athletic cuando, el 22 de agosto de 1988, inauguraron la nueva sede social del club. El palacio Ibaigane, sito en el número 23 de Alameda Mazarredo, se convertía en el nuevo hogar para una entidad que durante noventa años había dado tumbos de local en local. El Athletic por fin encontraba una localización a la altura de su prestigio.
La primera sede del Athletic fue el gimnasio Zamacois. Era el lugar donde coincidían los socios fundadores del club a finales del Siglo XIX. El gimnasio se encontraba entre la calle San Francisco y La Peña. Durante las siguientes décadas la sede social del Athletic fue cambiando con asiduidad, por lo que fue mudándose por diferentes emplazamientos de la capital vizcaina. Estuvo en el número 20 de la calle Ribera, después en la calle Nueva, en la calle Jardines del Casco Viejo, en la Gran Vía y en la calle Ayala. En los años cincuenta el Athletic se estableció en la calle Bertendona y, antes de trasladarse definitivamente a Ibaigane, el Athletic también tuvo oficinas en la Casa Montero, en Alameda Rekalde.
El palacio Ibaigane se construyó en 1900. Su promotor fue Ramón de la Sota, un afamado naviero e industrial de la época. Él fue quien encargó al arquitecto Gregorio Ibarreche que erigiese este palacio de estilo neovasco. El resultado fue una edificación con una planta cúbica de 24x22 metros con tres pisos y una cubierta a cuatro vertientes. El esqueleto del edificio es metálico, algo muy moderno en aquel entonces, y fue realizado en Altos Hornos. Los tres niveles del palacio dan a un patio interior coronado con una espectacular vidriera de Anselmo de Guinea. De la Sota no escatimó en gastos para el palacio y eso se tradujo en la presencia de mármol rojo de Ereño, suelos venecianos e incluso una capilla con órgano.
Ibaigane fue durante décadas la residencia familiar de la familia De la Sota. Sus ideas nacionalistas hicieron que tras la Guerra Civil el palacio fuese incautado y reconvertido en un cuartel del Gobierno Militar. En este periodo el edificio se vio maltratado y sufrió muchos desperfectos. Con la llegada de la democracia, en 1979, se devolvió el inmueble a sus legítimos dueños. Siete años después, en 1986, la directiva del Athletic llegó a un acuerdo económico con la familia De la Sota para hacerse con el palacio y convertirlo en la sede de la entidad. Tras meses de restauración en los que se trató de devolver el esplendor original, Ibaigane fue reinaugurado ya como el nuevo hogar del Athletic.
Desde entonces, el palacio de Ibaigane ha sido el escenario de la faceta más protocolaria y señorial del Athletic. Sus salones y despachos han sido testigos de recibimientos institucionales, amargas despedidas y firmas de contrataciones y renovaciones que han ilusionado a la afición rojiblanca. Ibaigane es, como Lezama y San Mamés, un vértice del triángulo sagrado del Athletic.