bilbao - En los minutos previos a la entrevista, la conversación gira en torno al partido del pasado sábado ante el Madrid, que hay que entenderlo como la guinda al quinto aniversario del nuevo San Mamés. A César Azcárate le gusta hablar de fútbol y de su Athletic, del que es socio. Menciona a Unai Simón como la grata sorpresa en el conjunto rojiblanco, quizá también porque lo interioriza en clave personal, ya que el mayor de sus cuatro hijos también es portero y milita a día de hoy en el Getxo juvenil de División de Honor. Otros dos hijos juegan también al fútbol y su hija, al baloncesto. Pasado el previo, a Azcárate le toca valorar los primeros cinco años de vida del campo y resalta que “sí hay estadios por el mundo que, por poner el entrecomillado de internacionales, valen para todos los sitios. San Mamés solo puede ser para el Athletic, no hay otro estadio igual en el mundo”.
Se cumplen cinco años de la inauguración del nuevo San Mamés. ¿Cómo tenía el cuerpo aquella noche del 16 de septiembre de 2013?
-Era un momento muy intenso por varias razones. Porque empezábamos a jugar en un campo que todavía estaba en obras. Porque era un día memorable por lo que significaba el cambio de casa, de La Catedral vieja a no sabíamos si iba a ser La Catedral nueva o no, pero parece que sí lo es. Y unos días antes del partido ante el Celta (3-2) falleció mi padre. Era un día muy emotivo para mí y estoy seguro que le hubiera gustado muchísimo estar allí y no pudo estar. Lo recuerdo con sentimientos encontrados: felicidad por llegar a ese día definitivo que nos habíamos marcados todos y, por otro lado, de un poco de pena de que mi padre no pudiera estar.
No solo es el arquitecto responsable del proyecto, sino que también es socio del Athletic.
-No suele ser muy habitual que los arquitectos de los estadios de fútbol sean socios de los clubes para los que trabajan. Es otro motivo de orgullo el hacer el campo para tu club.
Un lustro después, ¿qué reflexión hay que hacer del campo?
-Muy positiva, porque conseguimos ese reto que decía al principio, poder sustituir a La Catedral que había estado cien años. Era otro punto importante. Teníamos la cosa de decir si este estadio sería capaz de ocupar el lugar que había ocupado durante un siglo el viejo San Mamés. Cinco años después te das cuenta de que sí, de que esta es la nueva Catedral, todo el mundo la denomina así.
¿Detecta algún tipo de debate que cuestione el campo?
-No detecto ningún debate. El grado de satisfacción del público que acude a San Mamés es muy bueno.
El primer año fue complicado por el hecho de que se abriera con tres cuartas partes construidas. ¿Cómo manejó aquella excepcionalidad?
-Ocurre lo mismo ahora en Anoeta. Están en plena construcción y tienen que jugar partidos, y ello no deja de ser muy complicado. Teníamos que ir a toda prisa con la obra y a la vez teníamos que jugar un partido cada quince días en un edificio en obras.
Ya que hace mención a Anoeta, ¿qué le parece la reforma del mismo? ¿Les han pedido desde Donostia algún consejo o recomendación?
-No nos han pedido consejo, pero lo estoy siguiendo por prensa y por alguna imagen de televisión. Tiene un aspecto bastante bueno. La obra es medianamente clara, acercar la grada al terreno de juego, quitar la pista de atletismo, y ya solo esa mejora es increíble. Al no haber estado ahí dentro no me puedo pronunciar en profundidad, porque me gusta hablar de los edificios cuando los visito.
La reubicación de los socios no generó apenas polémica. ¿Cree que se hizo de forma impecable?
-Creo que sí. Todo el mundo está bastante bien ubicado, yo también me moví de sitio, pero muy poquito. El proceso fue impecable.
Resulta muy atrevido hablar de una obra perfecta. ¿Se ha dejado algún pelo en la gatera?
-No. Hemos cumplido todo lo que nos fue requerido y el campo cumple todas las expectativas que nos pusimos. Ahora que me toca viajar por todo el mundo y ver muchos campos y clubes, te encuentras que cada uno tiene su idiosincracia, por lo que cada uno valora más unas cosas que otras. Los parámetros son muy variables, pero los que utilizamos en su momento, acorde con el club y la sociedad que se creó para su construcción, han respondido a lo que queríamos.
¿Qué le habría gustado incluir en el proyecto y qué resultaba inviable?
-Nunca lo he pensado, porque tiene todo lo que requeríamos. No hay nada que eche en falta, y mira que he visto muchísimos estadios, y no hay nada en ninguno de ellos que, sinceramente, diga que esto deberíamos haber puesto en San Mamés.
¿Es una obra de autor?
-Es una obra para el Athletic. No nos planteamos hacer obras de autores. Lo que queremos hacer es la mejor obra para el cliente. Sí hay estadios por el mundo que, por poner el entrecomillado de internacionales, valen para todos los sitios. San Mamés solo puede ser para el Athletic, no hay otro estadio igual en el mundo. Pensamos en cuál es su idiosincracia, cuáles son sus valores que tienes que llevar a la construcción.
¿Quitaría algo de San Mamés?
-Todo lo que está creo que está bien.
¿Este San Mamés mantiene el ADN del antiguo?
-Nuestro reto era ese, mantener lo que llamas ADN y yo llamo atmósfera. He estado en muchísimos estadios que no tienen atmósfera y esa atmósfera es particular de cada estadio. El antiguo San Mamés la tenía y creo que sigue teniendo la misma, aunque el escenario es diferente, pero es un escenario que rebosa Athletic por todos los lados. Bebe del anterior en cuanto a la proximidad de las gradas al terreno de juego, ese feeling que tienen los campos ingleses, del que somos un buen reflejo. Todo el mundo que viene a San Mamés se queda impresionado por ello.
¿Se puede decir que San Mamés es una referencia mundial?
-Allá donde vas todos conocen San Mamés. Se lo han estudiado. No todos han tenido la suerte de estar aquí y siempre dicen que tenemos que hacer una visita y a ver cuándo pueden ir. Cuando vienen a visitarlo, te comentan que todo lo que has contado es verdad. Sí es una referencia mundial. Pones una foto del Guggenheim y todo el mundo dice: Bilbao. La pones de San Mamés y todo el mundo dice: San Mamés. No dicen Bilbao, sino San Mamés, y lo dicen en los lugares más lejanos que se pueda imaginar.
Hace un año, San Mamés recibió el galardón de mejor estadio del mundo 2017. ¿Se sintió reconfortado?
-Estos galardones te reconfortan porque te van diciendo que has hecho las cosas bien. No solo el año pasado, sino que desde 2014 venimos recibiendo, prácticamente año tras año y en alguno incluso hemos sido premiados en dos ocasiones, reconocimientos en casi todos los foros mundiales en los que estamos presentes. No es que te lo reconozcan en un radio de 150 kilómetros, sino que sucede a 5.000 kilómetros de distancia.
También ha tenido momentos polémicos, como el caso de las goteras, que provocaron que muchos socios se mojaran. ¿Se sintió señalado?
-Son cosas que pasan en todas las obras. Es más ruido que nueces. Prefiero fijarme en los premios.
¿La mejor solución era emprender la extensión de la cubierta?
-Ha quedado francamente bien. Ha vuelto a ser reconocido internacionalmente como una obra complicada y al estadio le ha venido muy bien.
¿Cubrirla totalmente es imposible?
-Imposible técnicamente casi no hay nada. Es un punto de vista personal. Al cubrir el estadio totalmente, el fútbol pierde los fenómenos naturales. Si le quitas el viento, la lluvia, el clima que hay en la calle, si es invierno o verano, el deporte pasa a ser prefabricado, más artificial.
¿Pero existe la posibilidad técnica de cubrirlo en su totalidad?
-Técnicamente sí se puede hacer. Solo hace falta dinero.
Cinco años después, ¿la obra está finaliza al cien por cien?
-Afortunadamente, el proyecto está en evolución, cinco años en los que ha ido evolucionando para bien. Pasamos de la primera fase a la segunda, lo completamos, hemos hecho la extensión de la cubierta para más comodidad de los espectadores, se ha hecho la zona VIP, aunque a mí me gusta llamarlo hospitality, ese término que utilizan los ingleses. Se ha hecho y está funcionando muy bien, y también es una referencia a nivel mundial. Se está construyendo el polideportivo municipal en el interior de San Mamés. El estadio, por tanto, no está finalizado y es bueno que sea así, porque quiere decir que es dinámico.
¿En qué punto está el proyecto de ese polideportivo municipal?
-El proyecto está muy avanzado, aunque no se visualice desde el exterior, y los plazos se están cumpliendo.
¿Es factible ampliar el actual aforo de San Mamés?
-Siempre es posible hacer pequeñas modificaciones, no muchas porque es un estadio que nació bastante cerrado, con un estilo muy compacto, pero sí se podría hacer una pequeña ampliación si se contemplara.
Se habló de la posibilidad de llegar a los 60.000 asientos. ¿Es así?
-Lo de los 60.000 no se llegó a plantear. Hubo varias versiones de los proyectos iniciales y una de ellas mencionaba esa cifra. En algunos sectores del campo se pueden ampliar las localidades, pero en pocos miles, nunca hasta las 60.000.
Lo cierto es que San Mamés se llena en contadísimas ocasiones.
-Es verdad y creo que San Mames Barria lo estudió muy bien a su debido tiempo, porque se sabía la demanda que había de nuevos socios, cuál era el cálculo de espectadores que podían acudir... El estadio está dimensionado perfectamente para lo que es el club y sus necesidades.
Hacía mención al Area VIP. ¿No se ha pecado de opulencia una vez que muchísimas butacas están vacías?
-No. El antiguo San Mamés tenía cero plazas de hospitality. Ahora pasamos a tener un anillo de hospitality de casi 3.000 localidades. Hay que dar un poco de tiempo para que acaben llenándose. Dentro de unos años pediremos más, porque es lo que se demanda Esa sensación de vacío desaparecerá. En el modelo norteamericano y el latinoamericano, incluso, el porcentaje de hospitality supera el 15% de la capacidad total. Aquí no se llega al 5%.
¿Por qué se decidió ubicar las gradas de animación en dos córners?
-No tengo idea, es un tema que incumbe a la política del club.
¿Cuánto ha costado la construcción del campo?
-Lo que es la obra pura y dura del estadio está en torno a los 120 millones de euros. Había una cifra objetivo que era de 150 millones que se ha cumplido, porque la inversión en el estadio no es solo la construcción, sino que hay más cosas, urbanizaciones, servicios? Tenemos el caso del Tottenham. La de su estadio (White Hart Lane) es una operación muy parecida a la de San Mamés. Se hace en dos fases, pero el Tottenham tiene que jugar fuera de su estadio, lo hace en Wembley. Pasará de los 800 millones de libras, casi mil millones de euros, con 62.000 espectadores, poquito más que San Mamés. Todas las construcciones de campos referencias en Europa no bajan de los 500 o 400 millones de euros. Hemos hecho un estadio de nivel mundial de 53.000 espectadores y por 120 millones de euros y dices: está bien.
¿Se ha considerado más reconocido fuera que en casa?
-Fuera es muy reconocido y en casa también. No con el mismo ámbito mediático, pero tengo la convicción de que cuando la gente va a San Mamés está orgullosa del campo.
¿Y de los estamentos deportivos?
-La UEFA lo considera un estadio referencia, por eso va a ser la única sede en España de la Eurocopa’2020.
¿Qué le preocupa de esos cuatro partidos que acogerá San Mamés?
-Nada. El hecho de haber acondicionado la zona hospitality es un valor para la UEFA. Por eso no ha sido un capricho, sino una necesidad, porque los partidos de las competiciones internacionales y los organizadores de los eventos, como en este caso es la UEFA, mueven muchas personas de sus sponsors y de sus propias organizaciones. La capacidad del estadio es francamente buena para una Eurocopa y ya hemos visto los estadios en el Mundial de Rusia, donde la mayoría estaban en torno a los 50.000 y 60.000. No percibo ninguna preocupación, aunque a día de hoy no nos han pedido nada para ese evento.
¿Qué legado han dejado las dos finales europeas de rugby disputadas en mayo pasado?
-Presencié uno de los dos partidos y me pareció una ocasión perfecta, no solo para el estadio, sino también para el Athletic, porque San Mamés se visualizó aún más. También para la ciudad, porque daba gusto ver Bilbao, Bizkaia y Euskadi disfrutar de una competición de ese nivel en un escenario como San Mamés. Fue de chapeau. Ojalá volvamos a repetir.
¿Debe pedir Bilbao una final de la Europa League o la Supercopa?
-Sí lo pediría. Son algo más difíciles de conseguir, porque te requieren una infraestructura de la ciudad y hotelera muy potentes. Sería impresionante acoger una de esas finales.
¿Les han pedido asesoramiento arquitectos encargados de construir otros estadios?
-Sí, nos han pedido, pero no puedo concretar nombres debido a la discreción que tenemos que mantener.
¿Uno de ellos es el Hertha Berlín?
-Sí y es público. Visitaron San Mamés y les gustó mucho la solución, porque ellos también tienen un problema urbano. Como lo han hecho otros muchos clubes y organismos que han venido, pero como hemos hecho nosotros también al ver estadios, para aprender. Cuando empezamos el proyecto, al de poco de concluir el Mundial de Alemania de 2006, visitamos varios estadios recién construidos y también dos campos nuevos en Inglaterra, entre ellos el Emirates del Arsenal.