bilbao - Se trata de una especie de expediente X. Ante ello, surge una pregunta espontánea, fruto de la sorpresa. ¿Qué ocurre con Beñat? Es un caso que ofrece cierto punto de oscurantismo porque no se da ninguna información al respecto, lo que genera un sinfín de suspicacias y da pie a interpretaciones de todo tipo, con todo el daño que puede ocasionar y que no hace bien ni al equipo, ni al propio jugador, ni al entrenador, ni al entorno? Lo cierto es que el de Igorre ha desaparecido del mapa casi por arte de magia y de ser un futbolista referencia ha pasado a chupar banquillo, e incluso a quedarse fuera de las convocatorias, como sucedió en el encuentro europeo en Berlín.

José Ángel Ziganda no da explicaciones, aunque tampoco es obligatorio hacerlo. Se puede escudar en razones técnicas o en que nadie tiene asegurado el puesto. Sin embargo, se sospechan otros motivos que acentúan el misterio que rodea al caso. Sobre todo, porque emergen incertidumbres sobre el estado físico de Beñat (Igorre, 9 de febrero de 1987), argumentadas en las molestias de pubis que arrastra desde el pasado mes de mayo, cuando se le aplicó un plan conservador en la recta final del curso anterior con el objetivo de que comenzara el presente en las debidas condiciones una vez consumado el descanso veraniego.

El inicio de la campaña parecía indicar que Beñat había superado sus molestias y que no se detectaban rastros de esa pubalgia que, en cambio, sí hizo pasar por el quirófano a Óscar de Marcos, un año atrás, y a Sabin Merino, en enero. El vizcaino se había sumado a la causa de Kuko Ziganda, que le dio galones desde el estreno oficial en Bucarest, donde fue titular. No se perdió ninguno de los cinco primeros compromisos, los cuatro de las dos eliminatorias previas en competición europea y el debut en liga frente al Getafe. Con todo, afloraba un matiz que pasaba desapercibido. Beñat no completaba los noventa minutos, salvo en el duelo ante el Getafe, y era sustituido a partir del minuto 70, cuando daba síntomas de algún desajuste físico, aunque desde el club se reservaba cualquier dato médico al respecto.

sin participar El derbi de Ipurua ha supuesto un antes y un después para Beñat, al que le resta este año de contrato con el Athletic, que estudia desde meses atrás la opción de ofrecerle la renovación, asunto que permanece en stand by. El de Igorre se desplazó a Eibar, pero no jugó minuto alguno, lo que se entendió como parte de las rotaciones que llevaba a cabo Ziganda a causa de la saturación del calendario. Consumado el primer parón competitivo, Beñat regresó al once frente al Girona, formando pareja en la medular con San José, su socio preferencial la campaña pasada y con el que ha repetido en tres ocasiones en la presente. En las tres restantes lo ha hecho con Mikel Vesga.

El Athletic superó al cuadro catalán con el vizcaino al frente de la dirección, si bien fue sustituido a los 76 minutos con el pescado ya vendido. Todo entraba dentro de la normalidad. ¿O, no? Porque Beñat ya no ha vuelto a comparecer en el once titular sin que se anuncie lesión o molestias físicas como causa. Tan solo se ha hecho mención de pasada en alguna rueda de prensa de Ziganda, que aludía al hecho de dosificar recursos. Por eso no viajó a Berlín para medirse al Hertha. No resultaba extraño, pero sí cuando tampoco fue titular en la visita a la Unión Deportiva Las Palmas tres días después del duelo en la capital alemana. El vizcaino salió en el minuto 86 y segundos después Remy daba el triunfo al conjunto canario.

Volvió a tener más de media hora ante el Atlético de Madrid, donde no estuvo atinado. No jugó el domingo en La Rosaleda y ayer se ejercitó en Lezama aparentemente con absoluta normalidad junto a sus compañeros. El Athletic no ha ganado desde que Beñat no es titular.