Bilbao - Fernando Lamikiz, quien fuera presidente del Athletic entre 2004 y 2006, desveló ayer en Radio Marca Bilbao que días antes de sentarse a negociar la contratación de Javi Martínez con Patxi Izco, su homólogo en Osasuna, intentó una gran operación con el conjunto navarro que, eso sí, no fructificó. “Después de una reunión en Madrid con la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) nos juntamos con Patxi Izco. En esa comida yo le pedí precio por Raúl García, Javi Martínez, el pequeño de los Flaño, Azpilicueta y Monreal. Teníamos la operación bastante estudiada, incluso la financiación. Izco nos pidió 30 millones de euros por los cinco. Le dije que sí, pero me dijo: Mira, Fernando, me harías la persona más feliz del mundo. Yo con estos 30 millones de euros elimino toda la deuda de Osasuna y tengo dinero para fichar fuera. Pero yo le vendo estos jugadores al Athletic y me tengo que marchar de Pamplona”, detalló el exmandatario.
Lamikiz, recordó que los futbolistas “no vinieron por ese mal ambiente que se crea entre Athletic, Real, Osasuna... que parece que si vienen al Athletic van al infierno. Tenían una deuda muy importante. A partir de ahí ellos podían fichar en el mercado internacional. De haberse hecho, probablemente la historia del Athletic y de Osasuna hubiese cambiado, y en ambos casos para bien”.
Además, en relación al posterior fichaje de Javi Martínez, el expresidente rojiblanco sacó pecho: “No ejercitamos la cláusula, pues negocié con Izco y con Archanco. Llegamos a un acuerdo para ficharlo por el importante de la cláusula (6 millones de euros), pero no para depositarla en la liga. Quedamos en pagar tres millones de euros en junio y otros tres en diciembre”. Lamikiz, añade, eso sí, que le cayeron “un montón de palos” por haber fichado a un juvenil por ese dinero.
En otro orden de cosas, relativas estas a la figura de Ernesto Valverde, Fernando Lamikiz admitió haberle ofrecido la renovación al técnico, aunque matizó que esta no fue una oferta habitual en el mundo del fútbol. “Le di la renovación por escrito. Le ofrecimos una relación como un trabajador fijo en la empresa de la que podía marcharse con un preaviso de 15 días y si el club le despedía tendría una indemnización de 45 días por año más lo pendiente de contrato de ese año hasta el 30 de junio. Era la misma cantidad del año anterior con la subida del IPC”.
Aquella conversación, que duró “cerca de siete horas”, no llegó a buen puerto. “Ernesto es una persona muy inteligente, analiza bien las situaciones y sabe cuándo terminan los tiempos. Esa fue la decisión fundamental por la que él se marcho”. Pese a lo que se contó después, Lamikiz aseguró que “nunca podré decir que nuestra relación fue mala”. - A. Martínez