bilbao. Han pasado ocho largos años. La huella de jugadores como Asier del Horno, Fran Yeste, Joseba Etxeberria o Ismael Urzaiz ha dado paso a las de Iker Muniain, Beñat Etxebarria, Ander Herrera y Markel Susaeta, entre otros. El relevo generacional es un hecho. Los lamentos y las caras largas, a su vez, una constante cada vez que la visita liguera al Santiago Bernabéu toca a su fin, por lo que los más pesimistas, incrédulos ante una hipotética victoria rojiblanca el domingo, catalogan el desafío como una misión prácticamente imposible de llevar a cabo.

Pero hubo una vez, allá por el mes de febrero de 2005, en la que el Athletic se encargó de demostrar por última vez que el hecho de rendir visita al Real Madrid no tiene por qué ir ligado necesariamente a una descorazonadora derrota.

En aquella temporada 2004-05, con Ernesto Valverde dirigiendo la nave rojiblanca en su segunda y última visita a Chamartín como técnico del Athletic, los leones hicieron morder el polvo a los blancos al endosarles un inapelable 0-2, con goles de Asier del Horno y Andoni Iraola. El equipo de los galácticos, como se denominaba a aquel Real Madrid amaestrado por el brasileño Vanderlei Luxemburgo, no pudo derrocar a un imperial Athletic al que ahora, ocho años después, rescatan del pasado Luis Prieto y Roberto Martínez Rípodas, Tiko, titulares en aquel histórico envite.

"Pasan los años y al repasar las estadísticas te das cuenta de que aquel día conseguimos algo importante y realmente complicado", explica Tiko, a quien se le solapan los buenos recuerdos al echar la vista atrás y retroceder hasta aquel 19 de febrero de 2005. El Real Madrid, con un ojo puesto entonces en la Champions League, afrontó la cita con un once formado por Casillas, Míchel Salgado, Samuel, Helguera, Raúl Bravo, Beckham, Gravesen, Guti, Solari, Figo y Owen.

Los once, miembros de una plantilla que cerró la Liga en segundo lugar por detrás del Barcelona, formaron en un Real Madrid al que desafiaron y vencieron en su propio hogar los de Valverde, quien apostó por una alineación formada por Aranzubia, Iraola, Murillo, Prieto, Del Horno, Gurpegi, Orbaiz, Tiko, Yeste, Joseba Etxeberria y Ezquerro.

"Habíamos hecho buenos partidos allí previamente, pero puntuar siempre era y continúa siendo muy complicado, ya que incluso cuando parece que tienes el partido controlado son capaces de sorprenderte y hacerte daño", subraya Tiko, cuyas palabras secunda Luis Prieto para recalcar que "el Real Madrid siempre ha tenido grandes plantillas y aquella también lo era. A pesar de que de inicio reservaron algunos jugadores, tuvimos que hacer muy bien las cosas para poder ganar".

La valentía así como la convicción de que salir airosos de tamaña plaza es posible asoman como aspectos clave a la hora de buscar el éxito en el Bernabéu, en opinión de ambos. Y en eso, cual psicólogo deportivo, el papel de Valverde resultó entonces determinante.

discurso sosegado, pero directo "Ernesto nos convenció para ganar", recuerda Luis Prieto, antes de añadir que, antes del partido, el de Viandar de la Vera "nos habló cómo él acostumbraba a hacer, de manera tranquila, pero directa. Y dio sus frutos, puesto que salimos al campo convencidos de que podíamos ganar. Seguro que Ernesto intenta que el equipo salga igual el domingo".

La fe en la victoria final, por dura y complicada que asomara la empresa, derivó en un equipo sin fisuras y tremendamente generoso en el esfuerzo desde el primer minuto hasta el último. Pero solo con eso no basta. "También se necesita esa pizca de suerte para salir airosos de un campo así", subraya Tiko, que aún no ha olvidado lo mucho que hay que correr en un estadio como el Santiago Bernabéu. "Además de tener que correr muchísimo, normalmente lo haces detrás del balón, lo que suele conllevar una dosis extra de agotamiento, pero es lo que toca y nosotros aquel día no quisimos meternos atrás, no era nuestro estilo", subraya el iruindarra, para resaltar acto seguido que "Ernesto nos pidió que fuésemos valientes, que no tuviéramos ningún complejo y que intentáramos controlar el juego y eso fue lo que tratamos de hacer".

El formidable gol de Pablo Orbaiz desde 45 metros, no dado por válido por el colegiado Moreno Delgado con 0-0 en el luminoso, no descentró a los rojiblancos, quienes apoyados en Aranzubia y en una disposición táctica que ahogó a los blancos, lograron adelantarse en el marcador en el minuto 58, merced a un demoledor testarazo de Del Horno. "En el Bernabéu no puedes salir a esperar atrás, porque en cualquier momento te llega el gol en contra. Cuando marcamos, tampoco reculamos, Ernesto no nos dejó", recuerda Prieto, mientras que Tiko admite que "jugar así nos había acarreado algunas críticas previas, pero era nuestra forma de entender el juego y aquel día dio sus frutos, aunque los últimos minutos se me hicieron muy largos y duros desde el banquillo".

zidane, ronaldo y raúl, a escena Antes de que Tiko dejara su lugar a Lacruz para intentar "oxigenar al equipo" de cara al tramo final del partido, Luxemburgo optó por realizar un triple cambio. Con el 0-1 sembrando de dudas el Bernabéu, el técnico madridista optó por dar entrada a Zidane, Ronaldo y Raúl en el minuto 66. "Sabíamos que iban a apretar mucho al final, pero que entraran esos tres jugadores de refresco no nos hizo dudar ni cambiar el plan: había que aguantar y seguir siendo muy intensos en la presión para no vernos metidos en nuestra propia área", apunta Prieto, que vio desde el verde cómo Iraola hacía el definitivo 0-2 en la última noche en la que el coliseo blanco fue conquistado por los leones del Athletic.