BILBAO. Con el fichaje de Kike Sola busca el Athletic disponer de un jugador con cierto contraste en Primera que esté capacitado para actuar en la delantera. Es innecesario añadir que en su repertorio debería figurar el gol. Se trataría de que el navarro contribuyese en esa tarea concreta y vital para aspirar al éxito con un número de aportaciones que permita una mejora en la estadística global, así como en el índice de eficacia. En la última Liga, hasta once equipos superaron en acierto a los rojiblancos, si bien quizás resultase más preocupante el asunto de la puntería, la escasa pericia demostrada en la culminación del juego en tantas tardes. En cuanto se conoció que la opción de fichar a Sola era real, no un mero rumor, enseguida se adjuntaron sus registros individuales, que hablan de 21 goles en los 91 encuentros oficiales en que ha intervenido con Osasuna en la máxima categoría. Es posible que no sea una cifra llamativa, pero convendría matizarla para disponer de un criterio más ajustado sobre su relación con la salsa del fútbol. Así, de entrada, resulta que la marca de Sola se aproxima bastante a los guarismos que figuraban en la tarjeta de presentación de otros delanteros que fichó el Athletic, como Cuco Ziganda, Ismael Urzaiz o Aritz Aduriz.
Es con Ziganda con quien la trayectoria de Sola guardaría una mayor similitud. Para empezar, porque, pese a que se trate de épocas diferentes, su club de procedencia es el mismo. Osasuna nunca se ha distinguido por su capacidad realizadora, aunque ha tenido sus momentos álgidos. En todo caso, es en los últimos tiempos cuando la escuadra navarra se muestra menos resolutiva, algo que obedece a la lógica, no en vano el objetivo que persigue temporada tras temporada se limita a la obtención de la permanencia en la élite. Marcar en Osasuna es una empresa ciertamente complicada para todos los integrantes de su plantilla. En la Liga recién finalizada no hubo conjunto con menos gol, pues ni siquiera pudo hacer uno por jornada. Fueron 33 goles en 38 partidos y a Kike Sola, que únicamente intervino en 31 citas, le corresponden nueve de ellos. Esto quiere decir que completó un buen trabajo consiguiendo un gol cada tres partidos.
En la Liga 2011-12, la anterior, quedó inédito en el capítulo rematador, si bien solo tomó parte en siete partidos, lastrado por problemas físicos. Fue en la 2010-11 cuando alcanzó un nivel de eficacia más destacado con siete goles en 16 partidos. Una media muy alta que supuso un impulso fundamental para que Osasuna eludiese el descenso. Esa etapa coincidió con la llegada de José Luis Mendilibar a la dirección técnica, un hecho que favoreció el protagonismo de Sola, condenado al ostracismo por José Antonio Camacho, antecesor del técnico vizcaino. En sus primeros tres cursos en Osasuna, Sola tuvo un papel secundario, de suplente, y en 37 encuentros de Liga hizo cinco goles. La media resultante de esos 21 goles en 91 compromisos es de 0,24.
medias similares Ziganda, que recaló en el Athletic con 25 años, llevaba cuatro campañas ejerciendo de ariete en Osasuna, período en el que al cabo de 122 partidos de Liga anotó 34 goles, lo cual supone una media de 0,28 goles por partido, cuatro décimas por encima de Kike Sola. Urzaiz fue contratado del Espanyol, donde obtuvo 13 goles en 41 actuaciones correspondientes a la Liga 95-96. Pero si se computan los años en que Urzaiz ofreció sus servicios en el Albacete, Celta y Rayo, con 37 encuentros computados, su porcentaje de periquito (0,31) se resiente gravemente, pues únicamente hizo tres goles. Aduriz, por su parte, muestra una trayectoria bastante más regular que Urzaiz, pues tanto en el Mallorca como en el Valencia siempre estuvo en torno a la decena de goles en Liga. Con isleños y chés anduvo bordeando la media de un gol cada tres partidos: 0,33 y 0,29.
Podría agregarse al análisis un cuarto goleador, Ernesto Valverde, que no era un delantero centro al uso y normalmente tendía a ubicarse escorado en una banda. Valverde, en 94 partidos repartidos entre el Espanyol y el Barcelona, rubricó 24 goles, por lo que su media sería casi idéntica a la de Kike Sola en Osasuna.
Todos los delanteros enumerados experimentaron un alza en el capítulo goleador defendiendo la camiseta del Athletic. La razón parece evidente y estaría conectada al mayor potencial del equipo rojiblanco en comparación con los de sus clubes de origen. Las salvedades serían Aduriz, cuyo peor registro en un conjunto puntero como el Valencia coincide con una menor asiduidad en el once titular, y Valverde perteneciendo a la disciplina del Barça, donde era suplente. Una vez encuadrados en el Athletic, los porcentajes de los cuatro, les revalorizaron y todos ellos fueron o son jugadores importantes. Puede decirse que cumplieron con el cometido para el que habían sido contratados, pero no se limitaron a añadir goles, también demostraron su valía como jugadores de equipo.
Si finalmente cristalizase su contratación, Kike Sola hará las veces de complemento y de relevo de Aduriz, según convenga, y es muy probable que disponga de más oportunidades y en mejores condiciones para rematar a gol de las que hasta la fecha ha podido disfrutar en las filas de Osasuna. Seguro que sus números lo agradecerían, igual que el Athletic.