bilbao. Dicen que es un portento físico. Le delata su aspecto. Mide 1,81 metros y pesa 71 kilos. Un chicarrón, vamos. Cuando aún no ha cumplido los 18 años. Iñaki Williams, de raza negra, asoma como la nueva joya de la corona de Lezama. Por lo menos así es por los números que presenta este chico de origen africano, nacido en Bilbao y criado en Iruñea. O sea, representa todo un crisol cultural. Futbolísticamente es un diamante en bruto. Es la referencia visible del primer juvenil del Athletic, que hoy puede conquistar el título de Liga de su grupo de División de Honor si puntúa en Donostia frente al Antiguoko o, en su defecto, Osasuna, segundo clasificado, no vence en Tajonar al Deportivo Alavés.
"Es un jugador con una enorme zancada, que ha mejorado mucho técnicamente y que tiene un especial olfato de gol". Es una descripción en versión reducida. Pero resume en pocas palabras la genética de Williams, al que con 14 años le cazó uno de los ojeadores del Athletic en Nafarroa. Por entonces, militaba en el Club Natación Pamplona, una entidad multidisciplinar que acoge en su seno hasta catorce deportes diferentes. Iñaki, un chaval con "la cabeza bien amueblada", se enroló como cadete en el CD Pamplona, club convenido del Athletic, en el que permaneció tres cursos bajo la supervisión de Lezama, cuyos responsables creyeron que debía dar el salto a la factoría rojiblanca el pasado verano, después de colaborar en la permanencia de su equipo de origen en División de Honor juvenil.
Williams, al que apodan el Balotelli del Athletic por su parecido con el díscolo jugador del Milan (luce una cresta al igual que el futbolista italiano de raza negra), superó la prueba del algodón en pretemporada, que alternó con varias presencias en el Basconia, con el que no ha llegado a debutar esta campaña. La dirección deportiva del Athletic decidió blindar al delantero bilbaino en el juvenil de Gontzal Suances, con el que ha comparecido en las 27 jornadas de Liga recorridas hasta la fecha.
pegada monumental El liderato del primer juvenil del Athletic no se puede explicar sin la pegada monumental de Williams, que ha anotado 29 goles, más de un tanto por partido. Se trata del 38 por ciento del total, lo que desvela el rol de un delantero del que dicen en Lezama que tiene hambre de éxito, aunque "también es consciente de que le queda mucho camino por recorrer, por lo que sabemos que tiene los pies en el suelo".
Williams, que también asomó su calidad en la presente edición de la NextGen Series con su presencia en cuatro encuentros y con la tarjeta de un gol ante el Olympique Marsella, es un caso delicado a la hora de gestionar su situación familiar. Su padre trabaja en Londres y su madre reside en Iruñea, mientras que su hermano pequeño, Nicolás de solo once años de edad, milita en uno de los de alevines de Osasuna, después de que sus progenitores se inclinaran por la oferta del club rojillo sin esperar al Athletic, lo que ha incomodado en Lezama.
Con todo, el que consideran el diamante negro de la factoría rojiblanca es consciente de la apuesta que ha hecho el Athletic sobre su persona, que le ha firmado un contrato hasta junio de 2016, después de que, durante su etapa en el Pamplona, se le acercaran emisarios de la Real Sociedad, Osasuna y Zaragoza, entre otros. Williams emerge como un jugador de futuro, si bien para consumar su salto al primer equipo debe quemar aún etapas.
el cadete, líder El primer cadete del Athletic de Joseba Etxeberria recuperó el liderato con su triunfo sobre el Alavés (6-0) y la derrota de la Real Sociedad en Barakaldo (1-0).