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Aduriz, "un jugador espectacular"

Víctor, pareja ofensiva del donostiarra en el Valladolid, recuerda al hoy rojiblanco como "un jugador espectacular" "Dejó huella, tiró del carro en una época dura para el equipo", asegura su excompañero

Aduriz, "un jugador espectacular"Z. Alkorta

bilbao. La carrera de un futbolista ofrece trazas novelescas. Se trata de una historia de pequeñas historias. Es el caso de la vida profesional de Aritz Aduriz, que hoy se reencuentra con uno de sus cinco exequipos. El donostiarra comparece en el José Zorrilla como jugador rojiblanco por segunda vez. Lo hace cinco años después de que consumara un estropicio al Valladolid en aquella temporada 2007-08, la del penúltimo regreso de los pucelanos a Primera División. El Athletic, en el primer curso de Joaquín Caparrós en el banquillo, venció por 1-2 con doblete de Aduriz en poco más de media hora. El Valladolid redujo distancias por medio de un penalti transformado por Víctor Fernández, aquel pequeño delantero que sobresalió con anterioridad en el Villarreal y que hizo muy buenas migas con Aduriz como pareja de baile en el ataque blanquivioleta.

"El muy... le contó a Iraizoz cómo tiraba yo los penaltis". Víctor, que el pasado verano colgó las botas a los 38 años de edad, no para de hablar maravillas de Aduriz, al que califica como un futbolista "espectacular". Para el exdelantero extremeño -Castilla (1992-94), Tenerife (1994-96), Toledo (1995-96), Valladolid (1996-2000), Villarreal (2000-04), Valladolid (2004-09), Cartagena (2009-11) y Leganés (2011-12)-, el pichichi de este Athletic "se adaptó muy rápido en el Valladolid pese a ser un chaval -23 años- y desde el primer día mostró unas cualidades extraordinarias, tanto técnicas como en la pegada. Tenía unas ganas enormes de aprender. Tuve la suerte de jugar con él ahí arriba y la verdad es que hicimos un buena sociedad. En la primera temporada metió muchos goles, 16, y yo le asistí en varios de ellos".

Aduriz llegó en el verano de 2004 al Valladolid de la mano del técnico croata Sergio Kresic, al que le sedujo sus prestaciones en el Burgos, en Segunda División B. "Yo me incorporé un poco más tarde tras rescindir mi contrato con el Villarreal y me encontré con Adu, una persona cercana, valiente en el campo. Para mí fue una sorpresa ver cómo jugaba, con un salto espectacular, su rapidez... y siempre con ganas de aprender. Era de los que más escuchaba en el vestuario y no dudó en acercarse a nosotros, los más veteranos, que en seguida le acogimos con los brazos abiertos", subraya el exfutbolista, con más de 600 partidos oficiales a sus espaldas.

Víctor asegura que el donostiarra aportó "muchas cosas a un Valladolid que lo estaba pasando mal en Segunda". "Nos costó adaptarnos a la categoría tras el descenso. Adu, como le llamábamos en el vestuarios, tuvo la mala suerte de jugar en los peores años del Valladolid. Incluso en el segundo -cuando volvió al Athletic en el mercado de invierno- lo pasamos mal para evitar el descenso. Si alguien marcaba las diferencias y tiraba del carro, era él", desvela el extremeño, quien rescata su amistad con el delantero rojiblanco, quien, sin embargo, tuvo en Julián Robles a su colega de equipo más cercano durante su estancia en tierras pucelanas.

corazón rojiblanco El excompañero de Aduriz acentúa las cualidades de este, para rememorar sus piques a la hora de lanzar los penaltis, faceta que correspondía a Víctor: "Se fijaba en cómo los tiraba. Era muy observador, aunque parecía por momentos un poco introvertido. Me preguntaba: '¿Cómo lo haces?' Creo que aprendió algo de mí (risas). Aunque él tiene unas grandes cualidades en todos los conceptos. Me maravillaba cómo saltaba. Cuando un balón botaba por arriba, ya sabía que era para Adu y yo estaba listo para que me cayera".

Aduriz vivió en el Valladolid un momento distinto, muy íntimo, cuando la suerte deparó en la campaña 2004-05 una eliminatoria de Copa, los cuartos de final, entre los pucelanos y el Athletic, en la que se impuso el cuadro rojiblanco pese al tanto del donostiarra en San Mamés, de penalti. "Vivió esos dos partidos con mucha intensidad. Ya se sabe que su corazón es del Athletic. Quizá intuía que volvería. Cualidades tenía para ello y ahí está su trayectoria desde que salió del Valladolid, que creo que es el equipo que le sirvió de trampolín a la élite", reflexiona Víctor, que trabaja para el club pucelano y que confía en que su expareja en el ataque no tenga hoy su noche. "Ya nos marcó en San Mamés en la primera vuelta. Ya es suficiente".