Bilbao. No son Piqué, Puyol, Iniesta ni Messi, pero sus nombres y apellidos responden a los de cuatro futbolistas con sed de fútbol y un pasado común: los cuatro han pasado por esa mágica fábrica de talentos llamada La Masía, antes de unir sus respectivos caminos en Zaragoza. Se trata de Abraham Minero (Granollers, 26-II-1986), Paco Montañés (Castellón, 8-X-1986), Víctor Rodríguez (Barcelona, 19-III-1989) y Edu Oriol (Cambrils, 5-XI-1986). Cuatro jugadores que persiguen el objetivo de hacerse un hueco definitivo en la élite bajo las órdenes de Manolo Jiménez, quien no ha dudado a la hora de depositar su confianza en ellos para reservarles un espacio en el proyecto deportivo de los de La Romareda.

Titulares indiscutibles Abraham, Montañés y Víctor, es la figura de Edu Oriol la única que asoma a día de hoy alejada del once tipo del técnico andaluz. Y es que, empezando por la zaga zaragocista, el puesto de lateral izquierdo de La Romareda -con el serbio Ivan Obradovic fuera de combate hasta la próxima temporada a raíz de una grave lesión de rodilla-, tiene el sello inconfundible de Abraham. Antes de recalar en el Zaragoza en junio de 2011 junto a su amigo Edu Oriol, y tras pasar por Granollers, Figueres, Blanes y Sant Andreu, el lateral catalán vistió la elástica del filial del Barcelona en la campaña 2010-11. Fue el paso previo a su fichaje por el club aragonés, en el que apenas un año y medio después se ha convertido en una pieza clave para Manolo Jiménez.

Su actual compañero de fatigas en la banda izquierda, Paco Montañés, aterrizó en La Masía a los 12 años para pasar a formar parte del Infantil B culé. Después de ocho años bajo la disciplina azulgrana y tras establecer una fuerte amistad con Pedro -además de coincidir en su periplo como barcelonista con jugadores como Piqué, Cesc y Messi-, el habilidoso y escurridizo extremo zurdo se comprometió con el Villarreal B. Permaneció dos temporadas como amarillo antes de buscarse la vida en el Ontinyent de la Segunda División B (2008-10) y fichar por el Alcorcón de cara a la campaña 2010-11. Allí, con siete goles en el primer curso y nueve en el segundo logró dar el paso definitivo como futbolista para atraer la atención del Zaragoza, que ha encontrado en él al inquilino perfecto para una banda izquierda por la que es habitual verle sortear rivales.

Algo que ya demostró saber hacer el año pasado Edu Oriol, quien, sin embargo, ha perdido esta temporada su condición de titular por la banda derecha del ataque maño. Hermano de Joan Oriol, jugador del Villarreal, Edu coincidió con Abraham en el Barcelona B, donde estuvo dos temporadas en las que dio visos de su enorme calidad técnica.

víctor rodríguez, la sensación El último de los cuatro con pasado azulgrana es Víctor Rodríguez, una de las sensaciones de la Liga y uno de los jóvenes futbolistas en los que comienzan a cimentarse las renovadas ilusiones de la afición del Zaragoza. Tras firmar el pasado verano como jugador del Zaragoza B y con ficha del filial aún, el barcelonés se ha erigido en una de las piezas clave dentro del equipo de Manolo Jiménez. Fiable como pocos en las jugadas a balón parado y tercer máximo asistente del campeonato doméstico igualado con jugadores como Beñat, Benzema, Pedro o el rojiblanco Ibai Gómez -solo superado por las nueve asistencias de Cesc y las siete de Iniesta-, Víctor se ha convertido ya en una de las figuras del primer equipo maño y en uno de los jugadores con mejor porvenir en la Liga.

Con un sueldo de 30.000 euros anuales, todo hace indicar que continuará este ejercicio con ficha del filial, aunque las informaciones provenientes de Zaragoza apuntan a que verá incrementada su cuenta corriente, toda vez que pasará a tener contrato hasta 2016 con una cláusula de rescisión de 15 millones de euros. Una inquebrantable muestra de confianza por parte de la directiva, impulsada por la protección y la buena crítica hacia el jugador de Manolo Jiménez, que hará de esta la primera de muchas campañas en la élite del joven y descarado atacante catalán. Y es que Víctor, que estuvo en La Masía cuatro años -desde alevín hasta infantil-, donde coincidió entre otros con Jordi Alba, ya se ha ganado el respeto de los críticos del mundo del fútbol y, lo que es más relevante para él, de una afición que ya se levanta de sus asientos para ovacionar las andanzas de su nueva estrella. Uno de esos cuatro futbolistas que, afincados ahora en Zaragoza, forman parte de la otra sucursal de La Masía.