No fallará. Esta noche, la afición rojiblanca volverá a llenar San Mamés en busca del billete para una final de Copa que ya abrazó hace tres años, también con La Catedral como testigo. Así, con aquel 4 de marzo de 2009 aún en la retina -los leones sellaron entonces su pase a la final tras imponerse por 3-0 al Sevilla- cientos de Socios Barria y numerosos abonados y poseedores de la Harrobi txartela colapsaron durante la mañana y la tarde de ayer las taquillas de San Mamés para retirar sus entradas de cara al crucial envite de esta noche. Toda una locura vestida de sentimiento rojiblanco con el sueño de una nueva final en un horizonte cada vez más cercano.
Así las cosas, las largas colas no se hicieron esperar y, desde las 9.30 horas, aproximadamente, -las taquillas se abrieron a las 10.30 horas- la fila de espera rodeaba completamente el fondo norte del campo hasta la altura de la puerta 27. Y es que, no siempre existe la posibilidad de disfrutar de unas semifinales del torneo del K.O., por lo que fueron muchos los que durante todo el día de ayer decidieron desafiar a la lluvia y al frío para acercarse hasta La Catedral con el único objetivo de comprar su entrada de cara al crucial envite de esta noche. "Hemos madrugado, pero hemos conseguido nuestras entradas, que es lo que importa, además, ¡seguro que ganamos!", exclamaban casi al unísono Iran-tzu, Olatz y Susana, las primeras Socias Barria en adquirir las tan preciadas entradas.
Tras ellas, cientos y cientos de athleticzales fueron retirando sus respectivos billetes, mientras Iñaki, Eneko y Ekaitz desplegaban sus sillas, mantas y demás utensilios para comenzar su particular desafío. "No somos ni Socios Barria, ni abonados, ni Harrobis; somos aficionados y pasaremos aquí todo el día y la noche para ver si podemos conseguir entradas de aficionados mañana -por hoy-", señalaba Iñaki. Un objetivo lleno de valor y de puro sentimiento rojiblanco que afrontaban sobradamente concienciados. "No es la primera vez que venimos el día anterior para hacernos con entradas de aficionados. Es duro, pero lo afrontamos con ilusión y preparados a tope, con sacos de dormir, cartas, juegos de mesa y, hasta con un balón para pasar el rato".
con la esperanza intacta Una larga espera que no afrontaron solos, ya que escasos minutos después, cuando las agujas del reloj aún no marcaban ni las 11.00 horas, era Jonatan el que se acercaba a su trinchera para sumarse a la aventura: "Yo también voy a hacer cola desde ya y después van a venir mi hermano Moisés y algunos amigos más. Da igual tener que esperar aquí casi 24 horas si conseguimos entradas", afirmaba Jonatan, quien se incorporó rápidamente a la otra cola que ayer comenzó a tomar cuerpo en San Mamés. Aun así, a pesar del frío y de las complicadas condiciones meteorológicas que azotan Bilbao estos días, su valentía -al igual que la de otros seguidores que harán cola esta noche junto a ellos- tendrán probablemente su recompensa cuando, alrededor de las 10.30 horas del día de hoy, las taquillas de La Catedral vuelvan a abrirse para sacar a la venta las últimas 202 entradas.
Unos billetes que oscilarán entre los 36 y los 75 euros y que irán destinados únicamente a los aficionados para hacer las delicias de quienes aguardan impacientes el momento de tener tan preciados tesoros en sus manos.
Y es que, hablando de un partido de vuelta de unas semifinales de Copa, cualquier adjetivo parece pequeño para describir lo que San Mamés vivirá esta noche. En el horizonte, casi a la vista y a un solo paso de distancia asoma una nueva final y un objetivo por cumplir: volver a reinar en un torneo que, pase lo que pase, seguirá provocando año tras año un cosquilleo especial en la piel de todos esos aficionados que hoy volverán a llenar San Mamés. Un campo que vivirá un nuevo lleno absoluto en pos de su sueño.