bilbao. Fernando Daucik, aquel histórico entrenador checo que llevó al Athletic a ganar las Ligas de 1956 y 1957, conoció el poderoso físico y talento para jugar al fútbol que atesoraba Miguel Jones durante un partido amistoso entre alumnos de la universidad de Deusto y la facultad de Económicas. Los de Deusto fueron goleados (10-2) por sus antagonistas, y Daucik se quedó tan prendado de aquel jugador negro que intentó que el Athletic lo adoptara en su seno. No hubo manera, como tampoco pocos años después ocurriera con José Eulogio Garate, de blanca piel, porque, circunstancias de la vida, también nació lejos, en Buenos Aires, aunque su familia tenía una sólida raigambre vasca, asentada en Eibar. Ambos futbolistas fueron rechazados por no tener su origen en Bizkaia. Destacaron en el Indautxu, que entonces militaba en Segunda División, y ambos terminaron triunfando después en el Atlético de Madrid.

En vísperas del partido que el Athletic disputará en el Vicente Calderón contra el equipo colchonero, Miguel Jones habla de fútbol, del viejo y del actual y, sobre todo, quiere desterrar la leyenda de club xenófobo que en muchos círculos se atribuye al Athletic por su genuina, no escrita y cambiante, según necesidad, filosofía existencial.

Mañana Atlético de Madrid-Athletic, ¿con quien va?

Perdona la expresión, pero estoy hasta los cojones de que me hagan esa pregunta. Te cuento: Mi padre ya estaba aquí (en Bilbao) en 1921 estudiando en Deusto con el padre Bernaola y desde que llegué a Bilbao, a los cuatro años, ya iba a ver al Athletic. Para que me comprendas te digo: allí (en el Atlético de Madrid) tengo unos afectos con mayúsculas. Pero mis sentimientos con mayúsculas están aquí. No tengo dos caras. Yo estoy deseando que gane el Athletic, aunque haya jugado en el Aleti y forme parte de su asociación de veteranos. Si desde niño iba a San Mamés, ¿de qué equipo iba a ser?

¿De equipo no se cambia jamás?

¡Son sentimientos!

Y a que también está harto de que le hagan esta otra pregunta...

Por qué no jugué en el Athletic. Lo que no sabe mucha gente es que disputé un partido amistoso con el Athletic en 1956 por mediación de Daucik y contra el Indautxu. Daucik me había visto jugar contra Deusto, al que goleamos, y dijo: "este puede ser el nuevo Ben Bareck". Apeló a mi padre, pero mi padre sólo quería que acabara los estudios. Pese a todo, lo pueden corroborar Carmelo, Mari, Maguregi., Markaida, Artetxe, Uribe... los que están vivos de aquel equipo. Estuve un mes entrenando con aquella gente. Pero aquella etapa era muy distinta a la actual. Los jugadores del Athletic no tenía que ser del País Vasco. Tenían que ser vizcainos. Todos. Carmelo, de Amorebieta; Orue, de Bilbao; Jesús Garay, de Santutxu; Canito, de Bilbao; Mauri, de Gernika; Maguregi, de Miraballes; Artetxe, de Bilbao, Markaida, también; Eneko Arieta de Durango, Uribe de Bilbao, Gainza, de Basauri, y así todos los demás. Lo que pasa es que mucha gente no conoce la historia del Athletic y de Bilbao.

Y sigue la confusión al respecto. Tanta que se ha tejido una leyenda de club xenófobo apoyada en casos como el suyo, aunque tampoco llegó a jugar Garate por haber nacido circunstancialmente en Argentina.

Y otros. Me parece una gilipollez. El deporte lo que nunca puede hacer es separar a los pueblos, sino unirlos. Como cuando Hitler no quiso dar la medalla a Jesse Owens en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936.

Resumiendo. Que usted, como buen bilbaino, y además del centro, centro, le dio la gana de nacer en Fernando Poo y además negro.

Claro. El bilbaino puede nacer donde le de la gana. Yo, además, veraneaba en Pedernales. Ya te digo que mi padre estaba estudiando en 1921 en la Universidad de Deusto con el padre Bernaola, rector y persona muy influyente en los Jesuitas. Dentro de la promoción de mi padre se licenciaron por ejemplo Alberto Duñabeitia, el padre de Beti, al que llamaban culebrón y jugó en el Athletic; o Enrique Guzmán, que fue presidente del Banco de Vizcaya.

¿Comparte entonces la filosofía del Athletic, que le impidió jugar al fútbol en el gran equipo de su ciudad?

Yo digo: En mi casa dicto mis leyes. Pero no se pueden mezclar unas cosas con otras.

Ahora, en cambio, sí habría podido jugar en el Athletic.

No lo sé. Supongo que sí.

Cómo cambian los tiempos. Si en su época sólo se admitían vizcainos, el pasado lunes, ante el Hércules, de los 14 jugadores del Athletic que participaron en el partido sólo uno, Koi, es vizcaino. ¿Le sorprende?

Sí, y no comprendo la razón.

¿Y a qué futbolista actual del Athletic se podría comparar por su forma de jugar?

No sabría decirte... empecé jugando en el medio de campo, luego de delantero centro; de extremo... era, digamos, polivalente. De los actuales, como Iraola, que empezó jugando de extremo, ha jugado de centrocampista y sobre todo de lateral derecho, su puesto actual. En ese aspecto, como él, me adaptaba a donde me ponían. El tío además qué fortaleza tiene... ¡Que nos dure muchos años!

Curiosamente su recambio de futuro parece que es Jonás Ramalho: ¿Pronto veremos jugar a un negro en el Athletic en un partido oficial?

¡Ah!, bueno. Cuando estuve en el Ibilandia, en Amorebieta, me preguntaron que si era hijo mío... de Jones a Jonás, ¡por favor!, como es la gente. Su padre es angoleño y su madre barakaldesa... pero bueno. Es negro. Y un buen jugador, aunque aún está por formar.

Lo cierto es que mucha gente, hasta que no vean jugar a un negro en el Athletic, seguirán con la cantinela del racismo.

Los que piensen así son unos cretinos. Es sacar las cosas de quicio.

¿Le gusta el estilo de juego que practica ahora el Athletic?

Sí... lo que pasa es que el señor Caparrós no sé a que juega, cuál es su sistema. Todos los equipos tienen uno. Caparrós, no. Cada dos por tres además cambia de jugadores. Los sube al primer equipo, los baja, los defenestra y al cabo de un tiempo, ¡coño!, resulta que los ha resucitado. Así estás hundiendo moralmente a un chaval. Porque un chico de la cantera sueña con jugar con el primer equipo. Por eso me cuesta entender el criterio de Caparrós. Antes, desde crío, te sabías la alineación de memora de todos los grandes equipos, el Manchester, el Milan, el Inter...

Y para la Liga, ¿Barça o Real Madrid?

Barça. Ronaldo es un jugador como la copa de un pino, pero es un gilipollas. En el Manchester, con Ferguson, no hacía las tonterías que hace en el Real Madrid. Y Mourinho lo mismo cuando estaba en Inglaterra o Italia. Santiago Bernabéu al segundo partido le habría rescindido el contrato. Ahora, por culpa de estos dos, le tienen más rabia al Madrid.

¿Y cómo ve al Atlético de Madrid?

Pertenezco a la asociación de veteranos del Atlético y suelo ir por ahí casi todos los años. Veo una descordinación. Primero está Cerezo, que es un hombre de paja de Miguel Ángel Gil Marín, el dueño del club. Y su padre, Jesús Gil, se hizo con el club para utilizar la presidencia y llegar así a ser alcalde de Marbella.