BILBAO. "Cuando Joseba tenía sólo 6 años le dije a su madre: cuando seamos mayores, éste será profesional del fútbol". José Antonio, padre de Joseba Etxeberria, no se equivocó. No en vano, pasó por sus manos cuando lo del balón empezó a ir en serio. "A todas horas soñaba con el fútbol. Yo quería que corriera en competiciones porque le podía ir bien. Y lo hizo. Ganaba cada carrera en que tomaba parte, excepto en una. Hasta ese día en el que fuimos a Ermua y se negó a volver a correr", describe.
El aita de Etxebe quiere incidir en la gran educación que recibió su hijo en casa. Cómo no, de su ama, "las que más sufren con los hijos". "¡Qué malo era de chavalito para comer! Su madre tenía más de una batalla con él por ese tema. Por ése, y por los libros. Para estudiar era un artista. Todo lo que se implicaba en el fútbol, al revés en lo otro. Cuando llegaba el viernes, su madre le preguntaba: "¿Qué tienes de deberes?" Y él: "No, no tengo nada". Hasta que llegaba el domingo a última hora y le decía: "Ama, se me había olvidado decirte que tengo no sé qué...". Y ella, a ayudarle".
aquel gol de mediocampo Sobre el terreno de juego pronto destapó su ambición. Vaya como ejemplo esta anécdota: "Jugábamos contra unos amigos y yo, además de entrenador, hacía de árbitro. Y una vez no se le ocurre otra que chutar desde el centro del campo y marcar. Yo le dije: "¡Joseba, hay que darle el balón al compañero!". Y el me respondió: "¿Para qué? ¿Para que el otro falle? Aita, ¡que hay que marcar gol!". Siempre tuvo espíritu ganador".
"Han sido quince años maravillosos. Nosotros, la familia, lo hemos disfrutado incluso más que él, acompañándole a todos los lados", sostiene, tratando de olvidar los malos momentos, cuando Etxeberria tomó la A-8. "¡Buff! Ya lo creo que sufrimos. Nos tocó pasarlas canutas, sobre todo a mi mujer, que es más bondadosa. Que en tu pueblo te tiren dinero al pasar... A mí no me importaba tanto. Me agachaba y lo recogía. Pero ella... Como era la más coreada en Anoeta, tuvo que dejar de ir", rememora. "Aunque nosotros lo aparcamos, otra gente sigue con el rencor que no han tenido, por fortuna, para con otros jugadores que se han ido de la Real al Athletic. Lo mejor que nos pasó fue Arrate, un bálsamo. Yo me quedo con lo bueno: el día del debut, el gol al Zaragoza, el 6-1 a la Real en el Torneo Asegarce, el 1-7 en Lieja...", añade. "Y con la sensación de que Joseba se ha portado siempre en el fútbol como todo un caballero. Ahora, al niño le veo con una gran ilusión para entrenar. Carácter no le falta".