- Más de cuatro meses después de las elecciones generales, los dos grandes partidos irlandeses, centristas y democristianos, formarán junto a los verdes un histórico Gobierno de coalición, que, entre otros, afronta grandes retos económicos y sociales por la pandemia del coronavirus.

La formación ecologista confirmó ayer que al menos dos tercios de sus afiliados, el mínimo requerido, votó a favor del programa de gobierno acordado hace dos semanas por los tres líderes, después de un intenso proceso de debate interno con las bases.

Aunque se daba por hecho, el democristiano Fine Gael (FG) y el centrista Fianna Fáil (FF) también anunciaron ayer que sus miembros votaron mayoritariamente por el “sí” al nuevo Gobierno.

Los comicios celebrados el pasado 8 de febrero se desarrollaron en un contexto muy diferente al que plantea ahora la pandemia, que ha impulsado un frente común entre FG y FF, las dos formaciones que se han repartido el poder en este país desde su creación hace casi un siglo y rivales desde la Guerra Civil (1922-1923).

El todavía primer ministro en funciones y líder del FG, Leo Varadkar, acudió a esa cita con las urnas con el viento de cara gracias a una economía boyante, pero le pasó factura el deterioro de los servicios públicos, como la sanidad, y la crisis de vivienda, entre otros asuntos.

El electorado quiso un cambio y el FF de Micheál Martin, el próximo jefe del nuevo Gobierno, obtuvo 38 de los 160 escaños, por 35 del FG y 37 del izquierdista Sinn Féin, el antiguo brazo político del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), unos resultados que dejaron a todos muy lejos de la mayoría absoluta.

Aunque logró un asiento menos que los centristas, el Sinn Féin de Mary Lou McDonald fue el partido más votado y, en consecuencia, tomó la iniciativa para formar un Gobierno progresista con otras fuerzas minoritarias y diputados independientes afines, si bien no recabó suficientes apoyos.