Tras una abstención histórica en la primera ronda y las crecientes críticas por su celebración, la segunda vuelta de las elecciones municipales francesas, prevista para el domingo, fue aplazada ayer como nueva medida de precaución ante el avance del coronavirus.

El presidente francés, Emmanuel Macron, tomó esta decisión tras consultarla con los presidentes del Senado, Gérard Larcher, y de la Asamblea Nacional, Richard Ferrand, y con sus dos predecesores inmediatos: el socialista François Hollande y el conservador Nicolas Sarkozy.

“Estamos en guerra, en una guerra sanitaria. Es cierto que no luchamos ni contra un Ejército ni contra una nación, pero el enemigo está ahí, invisible y evasivo, y avanza. Esto requiere nuestra movilización general”, dijo en una declaración televisada e institucional, su segunda sobre la pandemia.

En su primera intervención, el pasado jueves, anunció el cierre de colegios y universidades, pero justificó el mantenimiento de los comicios al considerar que, con la precaución adecuada y según los expertos, no implicaban un riesgo adicional de contagio.

La oposición, además, denunció entonces que su cancelación habría equivalido a un “golpe de Estado”.

Pero la víspera de ese escrutinio, al que estaban llamados 47,7 millones de franceses, comenzaron a crecer las voces que lo veían inviable, y la jornada electoral se cerró con una abstención récord superior al 50%.

Ayer primó el consenso en la clase política: “La situación sanitaria de nuestro país debe guiar el conjunto de nuestras decisiones. Todo lo demás es secundario”, afirmó a modo de ejemplo el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure.

El primer ministro francés, Édouard Philippe, consultó ayer la decisión con los presidentes del Senado y de la Asamblea Nacional y con los líderes de los distintos partidos, a quienes propuso como nueva fecha, todavía no cerrada, el 21 de junio.

Los alcaldes son elegidos en el país en un sistema a dos vueltas: se clasifican para la segunda las listas que obtengan al menos el 10% de los votos y ganan automáticamente en la primera quienes logren la mayoría absoluta.

Los resultados facilitados indican que la alcaldesa parisina, la socialista Anne Hidalgo, llegó en cabeza en la capital, al igual que Philippe en Le Havre (norte) o el ultranacionalista Louis Aliot en Perpiñán (sur).

El aplazamiento de la segunda ronda se produce en un momento en que, por iniciativa propia, varios políticos ya habían parado su campaña, como Agnès Buzyn, candidata “macronista” a la alcaldía de París.

Las últimas cifras oficiales evidencian el avance de la epidemia en el país: en veinticuatro horas hubo 1.210 nuevos casos y 21 muertos, lo que eleva el balance total a 6.633 contagios y 148 fallecimientos.

Francia ya había ordenado el sábado el cierre de los establecimientos públicos no esenciales, como bares y tiendas no alimentarias, pero Macron adelantó ayer medidas más restrictivas.

Un detonante fueron las imágenes de parques y jardines parisinos abarrotados de gente el domingo, pese a las consignas gubernamentales de limitar los desplazamientos y los contactos sociales.

“Estemos a la altura de las circunstancias individual y colectivamente”, dijo Macron, que aseguró que habrá sanciones para quienes no respeten las consignas de limitar durante los próximos quince días toda salida que no sea por motivo sanitario, laboral o alimenticio.

300.000 millones para préstamos. Emmanuel Macron anunció ayer que se creará un Fondo de Solidaridad para ayudar a los empresarios y que va a poner en marcha un “dispositivo excepcional” de aplazamiento de los cargos sociales y fiscales, además de una garantía del Estado de 300.000 millones de euros para los préstamos bancarios contraídos por las pequeñas empresas. “Ninguna empresa será abandonada al riesgo de quiebra”, prometió Macron. El presidente anunció también el despliegue en los próximos días de un hospital militar de campaña en la región oriental de Alsacia y previó que el Ejército aporte su ayuda para trasladar a los enfermos.