Los equipos de rescate localizaron ayer martes el cuerpo sin vida del joven Ibai Paredes Azpillaga, de 24 años y natural de Zarautz, desaparecido el domingo cuando practicaba pesca submarina a la altura del faro de Santa Catalina en Lekeitio Los dos buceadores de la Ertzaintza que rescataron el cuerpo sin vida del joven tuvieron que ser trasladados al hospital de Cruces para su seguimiento y control médico, aunque ya se encuentran fuera de peligro.

Ambos buzos, integrantes de la Unidad de Vigilancia y Rescate de la Ertzaintza, hallaron el cadáver sobre las 13.50 horas, a media milla de la costa, y a 27 metros de profundidad.

La localización del cuerpo fue larga y técnicamente compleja, por lo que ambos submarinistas de la Ertzainza presentaron síntomas de cansancio e hipotermia. Por este motivo, ambos agentes fueron trasladados por un helicóptero de Osakidetza al hospital de Cruces.

Los Servicios de Emergencia de Euskadi trabajaron en Lekeitio, por tierra, mar y aire, desde el domingo, cuando un compañero del joven zarauztarra dio el aviso de su desaparición mientras pescaba. El operativo se inició el mismo domingo, sobre las 17.45 horas, cuando su compañero en la inmersión, Andoni, alertó de que su amigo, con el que había ido a practicar pesca submarina, había desaparecido bajo el agua tras realizar su primera inmersión.

Hasta el lugar se desplazaron efectivos de emergencias entre los que se encontraba personal de Cruz Roja, Salvamento Marítimo, un helicóptero de la Ertzaintza y buzos, que volvieron a retomar la búsqueda el lunes en cuanto la luz devolvió la visibilidad en la zona. Los buzos de la Unidad de Vigilancia y Rescate indagaron en el fondo marino donde podría haber quedado enganchado el joven.

Tras una nueva jornada sin éxito, las tareas se reanudaron ayer martes por la mañana con la colaboración del barco de Azti que, según explicó el técnico de Atención de Emergencias, Egoitz Abasolo permitió realizar una búsqueda de “alta precisión”, ya que utiliza “tecnología para el levantamiento topográfico del relieve de superficies en el fondo del mar”. Miembros del equipo de rescate estuvieron inspeccionando las inmediaciones del faro de Santa Catalina, donde los técnicos sospechaban que la corriente pudo llevar el cuerpo.

Un submarinista experimentado

Según indicaron compañeros que conocían al buzo desaparecido, Ibai no era novato en pesca submarina en apnea, ya que había participado en varios campeonatos. De hecho, llevaba más de un lustro como miembro del grupo de actividades subacuáticas Urpekoak, de Zarautz.

Según el testimonio de Andoni recogido por submarinistas de Lekeitio, los hechos ocurrieron nada más llegar en su embarcación hasta una zona por detrás de la isla de San Nicolás “donde hay una profundidad de entre 19 y 25 metros”. El joven efectuó una inmersión mientras su compañero se cambiaba de ropa en el bote. Aunque en superficie el mar estaba en calma el domingo por la tarde, “por debajo, al parecer, había mucha corriente en dirección oeste”, indicaron desde Lekeitio, por lo que barajaban la opción de que “la corriente hizo que estuviera más tiempo del debido en apnea y le diera un síncope”.