La Guardia Civil ha decomisado en el Estado más de 150.000 juguetes falsificados o inseguros en una operación de Europol, en la que se han intervenido 26.000 juguetes y punteros falsificados en Bizkaia.

La operación de Europol ha intervenido en 24 países cerca de 5 millones de juguetes falsificados o inseguros valorados en más de 16 millones de euros.

En total se han efectuado 4.163 inspecciones en el Estado y en ellas se han detectado 1.968 infracciones administrativas y 40 penales.

Según ha informado el instituto armado este viernes, la actuación más destacada en el Estado fue en las pedanías murcianas de Los Dolores y Beniaján el pasado diciembre, con 29.683 juguetes falsificados en China valorados en 39.000 euros, por lo que hay cinco investigados por delitos contra la propiedad industrial.

En una actuación conjunta con la Agencia Tributaria, en 61 inspecciones en Bizkaia fueron intervenidos 26.000 juguetes y punteros láser falsificados valorados en más de 36.000 euros, por los que hay dos imputados por delitos contra la propiedad industrial y 177 infracciones administrativas de contrabando, consumo, extranjería y tributaria.

Tras los controles realizados principalmente en bazares y almacenes mayoristas, carreteras, puertos, aeropuertos y recintos aduaneros, hay 41 personas investigadas en el Estado como presuntas autoras de delitos de contrabando, falsedad documental, contra los derechos de propiedad industrial, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal.

La operación Ludus, que ha contado con la colaboración en el Estado de la Oficina Española de Patentes y Marcas y las asociación para la Defensa de la Marca y Española de Fabricantes de Juguetes, se ha desarrollado también en Austria, Bélgica, Bulgaria, Croacia, Chipre, República Checa, Dinamarca, Francia, Grecia, Reino Unido, Holanda, Hungría, Islandia, Irlanda, Italia, Letonia, Luxemburgo, Noruega, Portugal, Rumanía, República Eslovaca, Eslovenia y Estados Unidos.

Los juguetes intervenidos son copias "extremadamente" difíciles de distinguir de los originales y en muchos casos suponen un "serio riesgo" para la salud de los niños, ya que no han pasado controles de seguridad ni suelen incluir instrucciones de uso o límite de edad en su utilización.