Bilbao - El amianto en sus múltiples formatos -placas y mantas aislantes, fundamentalmente- continúa envolviendo las vidas de miles de personas. Y casi siempre lo hace de incógnito. Edificios, instalaciones industriales y maquinaria son las madrigueras donde se oculta este material extremadamente contaminante. Prohibido desde 2002, su empleo en todo tipo de construcciones vivió una época dorada en la etapa del desarrollismo. Por eso, cuando se procede a derruir una finca o una fábrica, todas las medidas de seguridad laboral adoptadas "son pocas", resume Joan de Montserrat, secretario de Anedes, Asociación de Empresas de Desamiantado.

Cierto es, puntualiza en declaraciones a DEIA, que en el caso del vertedero de Zaldibar despeñado las posibilidades de contaminación "deberían ser pocas o ninguna". Las razones son varias: la exposición de los equipos y brigadas desplazadas hasta el lugar del desplome no ha sido muy larga en el tiempo, tampoco ha ocurrido en un lugar cerrado y las fibras de amianto estarían revueltas con tierra y otros residuos. No obstante, los factores que influyen en la potencia letal de este agente cancerígeno son muchos y variables: viento, cantidad y calidad del material con amianto,...

Por todo ello, el Ayuntamiento de Ermua emitió ayer varios mensajes para relajar los ánimos y tranquilizar a la población local dejando claro que "no existe ningún riesgo" por el desprendimiento ocurrido en la escombrera que entre otros materiales, tenía amianto. Sin embargo, la intranquilidad es tal, que el propio Departamento de Seguridad ofreció un reconocimiento médico a los ertzainas, bomberos y operarios que participaron en el dispositivo desplegado para acordonar la zona cero y buscar a los dos operarios desaparecidos.

En opinión de Joan de Montserrat, "el control existe, pero parece que no todo lo bien que querríamos". Como casi siempre, la falta de recursos humanos -inspectores de trabajo- es uno de los grandes problemas que afectan a esta actividad. Aunque tal y como advierten desde la asociación con licencia para retirar amianto, la legislación existente únicamente debe ser cumplida por las empresas, pero no por trabajadores autónomos. Este hecho, apuntaba, puede derivar en que ese material con amianto sea camuflado con otro tipo de escombros y sea sacado del circuito reglamentario para su tratamiento y gestión.

Suelo contaminado Como en alguna ocasión ha descrito Gonzalo Zufía -presidente de Anedes y gerente de IGR- "una retirada de amianto mal hecha puede representar un peligro mayor que no hacerlo". La desaparición total de este agente cancerígeno es posible mediante incineración, pero pocos países optan por esa vía. Japón es uno de ellos porque, como ilustra De Montserrat, "al ser una isla no hay espacio para vertederos". Debe ser sometido "a unos 4.000 grados centígrados" para devastar totalmente sus fibras. El resultado es el caolín.

En el caso del derrumbe del vertedero de Zaldibar, "lo normal" es que sea tratado como suelo contaminado porque, agrega De Montserrat, "es imposible separar materiales". Todo ese material será transportado a un vertedero de residuos especiales, con permiso para almacenar amianto por ejemplo. El material se cubre embalado con doble capa y un etiquetado claro. Luego, se deposita en niveles que son tapados con sucesivas capas de tierra y de "grava de lixiviación", detalló.

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