BILBAO. Pese a la aparatosidad de las llamas y los importantes daños materiales causados, el fuego no ha provocado heridos.

A las cinco y media de esta mañana permanecían en el lugar del incendio media decena de camiones de bomberos. Varias dotaciones trabajaban aún pasadas las 10 de la mañana para sofocar los últimos rescoldos.

El incendio, iniciado de forma fortuita en una de las empresas del edificio Saga, obligó al desalojo de los trabajadores de las cerca de 25 compañías de esta nave, quienes no podrán regresar a sus puestos hasta que los bomberos concluyan su labor y se confirme que la estructura del edificio no se ha visto afectada.

Los trabajos de extinción se han visto demorados por la complejidad de los accesos y la tipología de los materiales que han ardido, como caucho o baterías de bicicletas, que contienen litio, aunque el alcalde ha precisado que el porcentaje de este componente puede ser muy bajo.

El primer edil ha relatado que técnicos de Salud Pública del Gobierno vasco evaluaron en todo momento la calidad del aire y descartaron que hubiera riesgo para la salud de las personas, si bien el Ayuntamiento recomendó a los vecinos que, siguiendo el principio de precaución, mantuviera cerradas las ventanas de sus casas.

En el edificio afectado se mantiene sin embargo un humo de carácter "residual", provocado sobre todo por el vapor de agua, según el alcalde.

Una vez sofocados los últimos rescoldos, técnicos municipales visitarán el inmueble para determinar si el fuego ha afectado a su estructura.