BILBAO. En la querella se señala que la víctima es una auxiliar de enfermería de 39 años y que desde el principio de su relación laboral con el centro de Santurtzi sufrió no solo trato verbal "degradante y humillante" por parte del denunciado, sino también "tocamientos sexuales y miradas lascivas".

La denunciante relata en la querella que el trato vejatorio se intensificó a partir de enero de 2018 con frases como "¿Has traído la braga limpia?, "Voy a mear, a ver si me la sujetas", "ven aquí y ponte a cuatro patas" o, tocándose los testículos "mira lo que tengo aquí, ¿a qué esto no lo tienes tú en casa?", entre otras.

La querella recoge además que el denunciado profirió expresiones xenófobas del tipo "puto árabe", "este sudaca" o "puta negra", refiriéndose tanto a pacientes como a otras compañeras de la denunciante.

Además el denunciado aprovechó para manosear el pecho de la empleada en varias ocasiones cuando le cogía el bolígrafo que llevaba en el bolsillo delantero de su uniforme reglamentario y, en otras ocasiones, le lanzó miradas lascivas a sus senos.

Como consecuencia de este trato vejatorio y humillante, la denunciante cogió la baja médica en marzo de 2018 y en la actualidad, según explica en la querella, presenta una "afección psicológica compatible con un estado de ánimo ansioso depresivo, derivado de los hechos expresados".

Refleja también un estado de debilidad emocional con "llanto fácil, pensamientos recurrentes sobre lo sufrido que desencadenan un estado de desasosiego e intranquilidd que menoscaba su capacidad funcional y dificulta el desempeño del trabajo habitual".

La querella precisa que las vejaciones sufridas fueron denunciadas "de manera reiterada" y anes de interponer la demanda, primero a la responsable de recursos humanos del hospital vizcaino, quien le advirtió que si quería emprender acciones contra el médico "estás sola", y, después a la coordinadora de Enfermería.

Ambas responsables "no hicieron absolutamente nada", remarca la querella, por lo que, ante esa inactividad del centro sanitario privado, el abogado de la querellante, David Sáinz de Rozas, interpuso la demanda judicial en el Juzgado de Barakaldo.

Ante los hechos relatados, el Hospital de San Juan de Dios ha informado este martes en un comunicado de que tuvo conocimiento de esta denuncia por primera vez en octubre de 2018 y que, tras encargar una investigación a una empresa externa, se concluyó que el médico había utilizado "términos impropios y excesos verbales" con la auxiliar de enfermería, por lo que fue despedido hace un mes.

"El informe con las conclusiones de la investigación recoge la existencia de declaraciones inaceptables en el ámbito laboral e incompatibles con los principios y valores que rigen el Hospital", según se indica en la nota del Hospital, que consideró estas actitudes una falta "grave".

Tras la denuncia judicial de la auxiliar, el centro sanitario de la Orden Hospitalaria fue requerido "recientemente" por el Juzgad de Barakaldo, al que entregó dicho informe.

El citado hospital también pide "prudencia y respeto" ya que estos hechos están en fase de instrucción judicial, a la vez que resalta su voluntad de colaborar con la Justicia y condena "enérgicamente" cualquier tipo de abuso, acoso o agresión sexual.

El abogado que representa a la denunciante, David Sáinz de Rozas, ha corroborado que las actitudes descritas por el Hospital son las que han motivado la presentación de la querella, aunque ha criticado que el centro sanitario no facilitará a la demandante el informe de prevención que le requirió por medio de un burofax el pasado mes de enero para aportarlo al procedimiento judicial.

Ha denunciado, asimismo, que el médico denunciado sigue teniendo "un vínculo mercantil, no laboral" con el Hospital San Juan de Dios, ya que sigue pasando consulta en un centro dependiente de este centro sanitario en Barakaldo, aunque ha matizado que desconoce "en qué condición lo hace".

Sáinz de Rozas ha indicado a Efe que el director gerente del Hospital acudió el pasado lunes al juzgado, pero se acogió a su derecho a no declarar alegando que no había tenido tiempo para preparar su testimonio.