“Fuimos recorriendo estación por estación, sacándonos los colores y siendo muy críticos con su estado”, recuerda Cristina López, directora de I+D+i, Calidad y Medio Ambiente de ETS, quien elaboró un Libro Blanco para asegurar que todos los usuarios de las infraestructuras ferroviarias de Euskadi pudieran disfrutarlas con seguridad y comodidad. Con la ayuda de una empresa formada en perspectiva de género, analizando una por una todas las estaciones de la red, profundizando en los puntos negros que presentaban y analizando su entorno. “La sensación de inseguridad de las mujeres -las principales usuarias de Euskotren, al representar un 63% del conjunto de viajeros- es diferente a la de los hombres, lo que incide en su movilidad, y nosotros queríamos un plus de seguridad que redundaría en todos”, afirma.
“La sensación de inseguridad de las mujeres es diferente y queríamos ese plus”
La elaboración del diagnóstico de la situación de las infraestructuras ferroviarias con perspectiva de género llevó a revisar más de 80 estaciones de ferrocarril y cerca de 40 paradas tranviarias. De ahí surgió una reflexión sobre cómo debían ser esas infraestructuras: debían contar con una correcta señalización, de forma que una persona siempre se supiera dónde se estaba y a dónde ir; una correcta visibilidad, que permitiera ver y ser vista; en la que pudiera oír y ser oída; con un acceso asegurado a un punto de auxilio o una vía de escape si fuera necesario, y con entornos limpios y acogedores que incitaran a usar las instalaciones.
Lejos de quedarse únicamente en un estudio, se propusieron medidas de mejora en las terminales existentes y criterios para el diseño de las estaciones a futuro. Con toda esa información, diseñaron estaciones en las que se evitan los cerramientos opacos; descubrieron, además, que los servicios públicos son un punto negro, por lo que se recomienda evitarlos y, en caso de tener que habilitarlos, ubicarlos en los vestíbulos, que son zonas más transitadas; se apuesta por instalar sistemas de videovigilancia, y retranquear ascensores y máquinas de billetes para evitar los recovecos. También establecieron criterios para el entorno; por ejemplo, si hay zonas verdes, los arbustos no tienen que tener un volumen que permita esconderse.
Ese Libro blanco de criterios para el diseño de las estaciones de la red ferroviaria vasca con perspectiva de género recibió el premio Matilde Ucelay.
