Periodistas y profesionales de la comunicación y el derecho han pedido al Ministerio de Asuntos Exteriores que se implique más en el caso del periodista Pablo González, detenido en Polonia desde hace casi ocho meses bajo la acusación de ser espía ruso, y así pueda ser trasladado al Estado.

Así lo han hecho en una carta que han entregado en la sede del Ministerio, en la que explican que Pablo González se encontraba realizando su labor profesional cubriendo el conflicto bélico en suelo ucraniano para varios medios de comunicación estatales y que está privado de libertad desde el pasado día 28 de febrero "bajo la ambigua acusación de 'espionaje'".

Los firmantes aseguran que González se encuentra incomunicado, incluso para su abogado defensor y que se desconocen las pruebas que pudieran fundamentar su ingreso en prisión, lo que implica, a su juicio, una evidente vulneración del derecho de defensa, reconocido por la Convención Europea de Derechos Humanos.

Pablo, según se advierte en la carta, podría llegar a estar dos años privado de libertad en esta situación de incomunicación, que quienes suscriben la misiva califican "cercana a la sufrida por los presos en Guantánamo".

Por eso, piden al Gobierno español y a la UE que no sigan permitiendo que un ciudadano español, europeo, siga detenido en estas condiciones y que un país miembro de la UE, según sus palabras, "viole de esta manera tan contumaz sus derechos fundamentales".

"Deben exigir su libertad provisional y la apertura de un proceso judicial con todas las garantías que permitan un proceso justo", apostillan.

Polonia afirma que se respetan los derechos de González

El ministro de Asuntos Exteriores habló con su homólogo polaco a principios de este mes para interesarse por la situación del periodista porque, según sostuvo José Manuel Albares, el Gobierno concede al caso "gran importancia" y está realizando "numerosas gestiones a distintos niveles".

El ministro polaco le aseguró en esa conversación que, junto al ministro de Justicia, monitorizan "personalmente el caso" y que se están respetando todos sus derechos de acuerdo con la ley polaca.

Según Albares, González había recibido hasta ese momento cinco visitas del consulado, la última el 22 de septiembre, y que se había constatado que estaba bien físicamente y recibía el mismo trato que todos los proceso de su categoría, que "es una categoría especial".