Tiene febrícula a diario, dificultad para respirar y una tos que se cuela de vez en cuando en la conversación. “Soy una mala copia de lo que era por el covid persistente”, dice Isabelle Delgado, portavoz de Long Covid Euskal Herria.Seis olas después, sigue sufriendo síntomas. ¿Cómo se siente?

—Me contagié el 29 de febrero de 2020 y estuve con una fase aguda de la enfermedad, que duró 53 días, en mi casa. En septiembre me di cuenta de que tenía long covid. No he llegado a estar recuperada nunca. Vivimos un envejecimiento prematuro con la enfermedad.

¿Cuántos afectados hay en la CAV?

—Tenemos constancia de 350, pero creemos que tiene que haber muchos más y que aumentarán cuando pasen tres meses después de la variante ómicron y se den cuenta de que el covid no se les va.

¿Cuál es el perfil mayoritario?

—Hay menores y hombres, pero el perfil mayoritario es una mujer de entre 35 y 55 años, sin patologías previas, y con una vida activa.

¿Cuáles son los síntomas más frecuentes del covid persistente?

—Los dolores de cabeza, articulares y musculares, las alteraciones digestivas, los fallos neurocognitivos, la dificultad respiratoria y el cansancio extremo. Es una enfermedad multisistémica y vascular.

¿Qué repercusiones tiene sufrir estos síntomas a nivel laboral?

—Hay personas que han sido despedidas por bajo rendimiento o porque no pueden ubicarlas en otro puesto. Otras han vuelto al trabajo por no perderlo, pero tienen que volver a coger bajas por recaídas. Algunas están tan afectadas que olvidan palabras, sumar... Imagínate una dependienta para hacer una devolución. Un pequeño porcentaje no ha recuperado el olfato. Si trabajas de cocinero, tú me dirás.

¿Hay avances en el tratamiento?

—No hay un tratamiento integral para la enfermedad. Se tratan los síntomas por separado y las personas peregrinamos por los distintos especialistas. Luchamos para conseguir una unidad multidisciplinar que nos trate de forma globlal.

También reivindican un registro.

—Sí, porque hasta ahora se hablaba de muertos, de recuperados, de incidencia, de UCI, pero ¿quién hablaba de las personas con long covid si ni siquiera hay una cifra? A estas alturas de la película aún no se ha hecho un registro. Esperamos que, con la donación que hizo el sector asegurador, la Sociedad española de Médicos Generales y de Familia lo lleve a cabo.

¿Alguna otra reivindicación?

—Como en otras enfermedades infecciosas, como el sida, el virus sigue acantonado en nuestros tejidos y la investigación tiene que ir por ahí. Lo que necesitamos son antivirales. ¿Que cuestan dinero? Lo sabemos, pero en Estados Unidos ya se está llevando a la práctica. Estamos informados, pero todavía nos cuesta que nos escuchen.

Por eso se encargan de alzar la voz desde la asociación...

—Después de dos años es importante decir: ¡Eh, estamos aquí! No nos olvidéis. Estamos mal y tenemos miedo a desarrollar alguna otra enfermedad porque tenemos constancia de que, cuando un virus está mucho tiempo en un organismo, puede traer neoplasias, cánceres, tumores... Muchos virus dejan reservorios y es por ahí por donde tiene que ir nuestro tratamiento. Los dolores articulares y musculares no se ven en una radiografía. Si alguien tiene diarreas, no se puede medir, pero si seguimos teniendo síntomas tiene que ser porque la enfermedad continúa. Por eso nos estamos batiendo el cobre.

¿Se sienten las personas con covid persistente cuestionadas?

—Hay personas que han sufrido descrédito y buscan apoyo emocional en la asociación. Han sentido la incomprensión de la familia, amigos, compañeros e incluso de médicos. Muchos de la primera ola, como las pruebas diagnósticas llegaron tan tarde, no tienen confirmada la infección de covid inicial y así es más difícil que te entiendan la enfermedad. A mí nadie me ha puesto en duda. A los amigos les digo: Hoy no puedo ir. ¿Tan mal estás? Sí, no me volváis loca, que ya sabéis que sería la primera en salir corriendo en una moto, pero no puedo y ya está.

“Se tratan los síntomas por separado y peregrinamos por distintos especialistas. Luchamos para conseguir una unidad multidisciplinar”