Marian García Fidalgo: "Debemos enseñar a nuestras niñas a ser más valientes y menos perfectas"
Proveniente del mundo de la Física, cuenta cómo desde 1º de carrera, ellas apenas eran un 10% frente al 90% de varones.“Luego fui la primera mujer jefa de Servicio en un hospital público vasco y siempre he trabajado con hombres. No me he sentido minusvalorada. Pero es verdad que, en otro tipo de ámbitos, si eres mujer y joven, parece que tu opinión cuente menos”, confiesa.
Conoce bien el efecto Matilda, -se denomina así el prejuicio de reconocer los logros de las mujeres científicas-. “También me suena lo del síndrome de la impostora”, bromea. “Al final todo eso se reduce a la invisibilidad. Y tiene que ver con muchos factores”, incide.
“Faltan vocaciones STEM (acrónimo formado por las iniciales en inglés de los ámbitos de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) que originan una brecha desde el principio de la formación. Por ejemplo, a las mujeres desde pequeñas, se nos hace ser más exigentes con nosotras mismas y tendemos a destacar menos. Es algo cultural y educacional. Sin embargo, a los niños se les anima más a probar, a asumir retos y riesgos. Y las carreras tecnológicas tienen mucho que ver con asumir retos y atreverse a fallar sin sentirse mal. Por eso debemos enseñar a nuestras niñas a ser más valientes y menos perfectas”, replica enérgica.
A juicio de García Fidalgo, no es solo un problema de falta de referentes. “Existen muchos referentes femeninos a lo largo de la historia que no se han visibilizado. Te pongo un ejemplo. Si digo Mileva Maric muy poca gente sabrá quién es. Fue la primera mujer de Einstein y gracias a ella pudo desarrollar el efecto fotoeléctrico ygracias a su contribución como matemática, pudo armar las teorías que le han hecho famoso”, revela.
“En el presente también existen mujeres que no están incluidas en los libros de texto. Y hay un blog de mujeres con ciencia para dar visibilidad a todo esto”, remarca.
Algo parecido ocurre con las mujeres Premios Nobel. “Es increíble que después de Marie Curie, en 50 y tantos años, no haya habido un Nobel para una mujer física, y eso que ha habido mujeres con capacitación para obtenerlo pero siempre se lo dieron a sus compañeros”, se queja.
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