Vuelven a sonar campanas de boda. El sector nupcial en Euskadi se va recuperando gracias a la relajación de las medidas y la mejora de la situación epidemiológica. Alex Muñoz, presidente de EHESE/ASNPV; Euskal Herriko Ezkontza Sektorearen Elkartea, Asociación del Sector Nupcial del País Vasco, celebra que la situación ha mejorado "muchísimo".

"Se están realizando muchas bodas exprés, de última hora", confiesa. Añade que, por otro lado, la mejora se evidencia en el importante repunte de solicitudes: "En Excel Eventos (empresa organizadora de bodas que dirige) teníamos una media de cinco solicitudes semanales y ahora mismo estamos tendiendo hasta cinco al día".

Las bodas programadas son, según explica Muñoz, para la temporada 2022 y, sobre todo, para finales de este año". Asegura que la cantidad de bodas en invierno ha aumentado considerablemente, teniendo para este noviembre 8 bodas, el doble que en 2019. Así mismo, en diciembre cuentan con 12 cuando hace dos años organizaron solamente 3. "Es una auténtica barbaridad", expresa.

Las relajación de las medidas sanitarias ha favorecido a que el sector nupcial se recupere. Y es que, la llegada del coronavirus fue devastadora. La cancelación de bodas a lo largo de 2020 y a principios del 2021 era algo habitual debido a la situación epidemiológica de entonces. Muñoz contaba a DEIA en abril que desde la EHESE/ASNPV se estimaba que en el ejercicio pasado se pudieron destruir más de 12.000 puestos de trabajo directos y más de 30.000 puestos de trabajo indirectos.

Sin embargo, la tónica ha cambiado y ahora, además de repuntar, las bodas se han trasformado. La parte más tradicional ha quedado atrás y ahora se trata de una experiencia diferente. Uno de los aspectos que ha dado un giro radical ha sido el típico regalo a los invitados.

Grandes asociaciones como Unicef, Médicos Sin Fronteras, Fundación Aladina u otras más pequeñas y locales son ahora las encargadas de aportar el detalle para los invitados; de esta manera el dinero invertido en él se destina a estas organizaciones sin ánimo de lucro para fines benéficos.

Andrea y Aitor fueron una de las parejas que decidieron dar un paso solidario el día de su matrimonio ya en 2019. "Queríamos hacer algo bonito que fuese más allá de un simple detalle; queríamos que la gente recordara de forma especial nuestra boda", explica la novia.

Detalles especiales

En su caso, esta pareja decidió organizar su regalo solidario junto a Súper H, una asociación guipuzcoana que destina sus fondos a ayudar en la investigación de enfermedades raras y oncológicas infantiles. Andrea y Aitor tenían claro que su detalle solidario tenía que estar relacionado con los niños ya que ella es educadora infantil y las iniciativas benéficas relacionadas con los más pequeños son las que más les mueven. En la boda, los invitados recibieron una pulsera de silicona junto a una tarjeta que explicaba la razón de ser del detalle y la asociación a la que se había destinado el dinero. "Muchos de los invitados que vinieron nos han dicho tiempo después que siguen conservando el detalle ya que tiene un significado especial más allá del regalo de una boda", señala Andrea.

Desde Súper H aseguran que estos detalles solidarios les revierte, además de ayuda económica, la oportunidad de darse a conocer. "Indudablemente el dinero es necesario para poder aportarlo a la investigación contra el cáncer infantil, pero lo que más nos suponen estos detalles es darnos a conocer y que nuestro mensaje se expanda", explican.

Otra de las asociaciones que también ofrece detalles solidarios para bodas es la Asociación de Esclerosis Múltiple de Bizkaia, que como ONG tiene por objetivo captar fondos. Por ello, a través de estas iniciativas consiguen recaudar más dinero para mantener los servicios de rehabilitación que ofrecen.

En su caso, son las personas usuarias de la asociación las que elaboran los detalles: "Se han hecho desde pins hasta jabones". Una de las claves de estas iniciativas es que "pueden llegar a tener un fin terapéutico".

Una de las figuras que más se demanda hoy en día en las bodas es la del wedding planner u organizador de eventos, que acompaña a las parejas en toda la preparación y en el mismo día del evento para que todo salga bien y los novios puedan disfrutar de su día sin preocupaciones.

Lorena Martínez, socia fundadora de EHESE/ASNPV, se interesaba por esta figura cuando trabajaba en la organización de eventos en hoteles. Hace seis años decidía dar el salto y crear Berezi Moments, su empresa organizadora de bodas. En su día a día, Lorena organiza bodas por toda Euskadi y también en Cantabria, aunque señala que en la CAV por donde más extendida está la figura del wedding planner es en Bizkaia y Gipuzkoa. Ahora, echando la vista atrás, asegura que el concepto de boda ha cambiado mucho.

"Las bodas ya no son lo que eran; antes se tenía como idea que ir a una boda era ir a comer bien y ahora es más que eso; es una experiencia", explica. Asegura que en estos seis años estas celebraciones han dado muchas vueltas, especialmente en los detalles. Su papel en las bodas es escuchar a las parejas y conseguir que la boda sea tal y cómo ellos la tienen en la cabeza. Confiesa que los regalos solidarios están en auge y que la mayoría de los novios se interesan por ellos. "Muchas parejas prefieren guardar esa partida de presupuesto para hacer una donación para alguna organización benéfica, de esta manera se convierte en algo práctico ; es un dinero que antes, muchas de las veces veces, era para regalos que acababan en la basura", explica.

Al igual que Lorena, Muñoz asegura que los detalles tradicionales suponen, como mucho, un 15% de los regalos de boda que se entregan a los invitados. "Toda la parte más tradicional de los años 90 o 2000 ha desaparecido prácticamente por completo", señala.

En los último años las bodas se han transformado y las costumbres en ellas han evolucionado. El coronavirus hizo que todos los engranajes se pararan pero la maquinaria vuelve a rodar en el sector nupcial. Alex Muñoz espera que para el próximo año el sector se encuentre a niveles similares que antes de la pandemia aunque sin llegar al 100% de funcionamiento. "Ahora nos encontramos en una situación complicada", explica. "Muchas parejas se están encontrando problemas para la organización del evento y deciden posponer la boda para 2023. A estas parejas se juntan las que han tenido que cancelar la boda hasta en tres ocasiones y deciden el año 2023 para asegurar; por ello, en 2022 no vamos a conseguir la completa normalidad".

"Hemos pasado de tener cinco solicitudes a la semana a tener ahora hasta cinco al día"

Presidente de EHESE/ASNPV

"Los invitados siguen conservando el detalle solidario ya que tiene un significado especial"

Novia

"Ahora, una boda, más que ir a comer bien, es una experiencia para todos los asistentes"

'Wedding planner'