BetiON, el servicio público de teleasistencia avanzada que el Gobierno vasco puso en marcha allá por 2011 y conocido popularmente como el de la "medallita roja", está probando un programa piloto con 17 familias de Euskadi para avanzar su servicio a las personas con deterioro cognitivo.

Así lo acaba de anunciar en una rueda de prensa celebrada este miércoles en Gasteiz la consejera de Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, en la que ha dado a conocer los detalles de este proyecto "pionero e innovador", que surge con el objetivo de "aumentar los apoyos a estas personas para mejorar así su calidad de vida" y procurar que sigan viviendo en sus domicilios.

Se trata, por tanto, de la primera vez que en el Estado que se intenta adaptar esta teleasistencia a personas con deterioro cognitivo y/o demencia, como a las 60.000 que se estima que hay en Euskadi, 6.000 de las cuales pertenecen a Araba, con 1.400 de ellas que viven fuera de su capital.

DOS FASES

Para hacerlo realidad, este proyecto se ha dividido en dos fases. En una primera se detectaron las necesidades de estas familias, para lo cual ha sido necesaria la colaboración de las asociaciones que en los tres territorios agrupan a estos afectados y familiares, como Afaraba, Afagi y AFA Bizkaia, las cuales, a su vez, se integran en la Federación de Alzhéimer de Euskadi, los cuales han ofrecido asesoramiento y formación a los profesionales de betiON, en pautas de comunicación telefónicas y presenciales.

Una colaboración "clave", que ha "aportado conocimiento y experiencia", como ha resaltado Artolazabal respecto a esta iniciativa que cuenta también con la coordinación de H-Enea y la colaboración de Iñaki Artaza, presidente de la Fundación Envejecimiento y Salud de la Sociedad española de geriatría y gerontológica.

Tras esta primera fase en la que las 17 familias participantes han aportado soluciones, en forma de formación para los más de 150 personas que forman el equipo de betiON, comienza ahora una segunda etapa. Así, como ha explicado, el coordinador del servicio betiON, Iñigo Mijangos, ahora lo que se trata es de testear la viabilidad de aplicar dispositivos tecnológicos que permitan abordar y evitar tres características comunes entre estas personas que sufren deterioro cognitivo: la desorientación, la deambulación y los riesgos de caída.

"La particularidad de todos estos dispositivos reside en que estarán conectados al centro de atención de betiON", subraya.

TRES MODALIDADES

En concreto, betiON para evitar la desorientación probará un pequeño geolocalizador "que se procurará que no sea un objeto extraño, sino que sea pequeño y que se pueda incorporar a la vida cotidiana, como al llavero o a la cartera".

Este dispositivo permitiría tener localizada a esta persona siempre que lo lleve encima y permitirá, además, incorporar funcionalidades para establecer zonas seguras e inseguras (de manera que si se cree que puede estar en peligro puede activar una alerta) o alertas de velocidad (si se supera una velocidad determinada puede indicar que se ha subido a un medio de transporte, por ejemplo).

El proyecto piloto también intentará evitar la intranquilidad de los cuidadores cuando a los afectados tienden a deambular, cuando la persona se siente inquieta. Una conducta que no supone peligro, si se encuentra acompañada o en zona segura. Por ello, betiON intenta ofrecer una solución tecnológica que alerte si, por ejemplo, la persona sale del domicilio por la noche sin supervisión.

Del mismo modo, y ante los problemas de movilidad y riesgo de caída dentro del domicilio, betiON intenta que su dispositivo incorpore parámetros que perciban cambios de presión, tanto en cama como en sofá, de forma que si la persona se levanta de ellos pueda generar una alarma en el domicilio y alertar a la persona cuidadora.

TRANQUILIDAD PARA LOS CUIDADORES

Con otro objetivo final, como ha señalado Artaza, el de evitar que sus cuidadores también estén en una "alerta continua de 24 horas" porque también se busca el descanso de ellos.

Por su parte Maribel Perea, de Afaraba, ha señalado lo importante que es colaborar con betiOn "porque, sin duda, supone una mejora en la intervención del colectivo que representamos y se sienten acompañados apretando un botón, sabiendo que detrás va a haber alguien. Es muy positivo, sobre todo, para los que viven solos".

El siguiente reto, como ha avanzado la consejera de Políticas Sociales, es extender el servicio de betiON a las personas mayores de 80 años.