Las comparecencias diarias de Fernando Simón consiguen, casi siempre, caldear algunos ánimos y herir sensibilidades. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias ha sumado en los últimos tiempos diversas controversias con el sector del turismo, de la cultura o de la enfermería. Pero esta vez ha pinchado en hueso porque ha puesto en pie de guerra a sus colegas, los médicos. El Consejo General de Colegios de Médicos, que agrupa a los 52 colegios de España, pidió ayer su dimisión “por su incapacidad manifiesta y prolongada a lo largo de la pandemia”. Los facultativos reclamaron “respeto, reconocimiento, participación y dignidad” y urgieron un “golpe de timón” en la gestión de la pandemia y la puesta en marcha de un comité de expertos independiente.

La Asamblea del Consejo General de Colegios de Médicos protestaba, de esta forma, por unas declaraciones efectuadas por Fernando Simón el pasado jueves, cuando manifestó, sobre el número de contagios de los sanitarios, que ahora “los profesionales sanitarios tienen un aprendizaje con respecto a la primera ola. Los gestores hacen mejores circuitos de asistencia en los hospitales. Y obviamente, los sanitarios tienen un mejor comportamiento evitando contagiarse fuera de su espacio de trabajo”.

Manifestaciones que les han parecido “improcedentes” por lo que exigen una rectificación pública. Estos profesionales censuraron las declaraciones del portavoz del covid, realizadas además “desde el conocimiento de los daños que la pandemia ha dejado y está dejando sobre los sanitarios en general y sobre los médicos en particular, y que nos sitúan a la cabeza de infectados de entre los países de nuestro entorno”, se quejaron. Se ha desvinculado de esta petición de destitución, sin embargo, el colegio catalán. Según su presidente, Jaume Padrós, “no la secundamos por razones de fondo ya que la crítica legítima no justifica esta petición de cese”. También por razones de forma, porque, según Padrós “no formaba parte de ninguna orden del día y su trascendencia lo hacía exigible”, aseguró.

Aunque ya conocido por dar la cara con el ébola, diez meses después de que aterrizara para explicar la crisis sanitaria, se mantiene en el foco mediático y ha conseguido crear un ejército de detractores y seguidores a partes iguales. Se ha convertido también en icono televisivo desde su controvertida entrevista en Planeta Calleja, donde se le vio practicando buceo, ciclismo y escalada y montando en globo aerostático en Mallorca, programa por el que acaparó numerosas críticas. El último episodio que causó indignación fueron sus comentarios sobre las enfermeras en una entrevista en YouTube tachados de “inapropiados y sexistas”.