Con la epidemia desbocada, las autoridades sanitarias vascas son conscientes de que los contagios seguirán al alza. Con Bizkaia convertida en zona roja y territorio más castigado (378 infectados vizcainos solo el viernes), preocupa especialmente la metrópoli de Bilbao donde se concentra la mayoría de positivos. Sin embargo, ayer, la consejera de Salud, Nekane Murga, precisó que muchos de los contagiados en este área “no se han infectado en su zona de residencia, sino en la costa y sus lugares de ocio”. “La gran movilidad, especialmente en el Gran Bilbao, está multiplicando la incidencia del covid-19 en esta zona”, explicó Murga. “El verano ha provocado un mayor ocio tras el confinamiento y la movilidad genera riesgos”, afirmó, al tiempo que volvió a pedir que se “revise el ocio”. En este sentido, leyó la cartilla a muchos padres y alertó acerca de los niños que juegan “todos con todos, sin mascarilla y en grupos grandes”.Pero el impacto de esta segunda ola es diferente porque se detectan a más personas asintomáticas y “presintomáticas”, es decir, “que inicialmente no presentan síntomas pero que en los siguientes días se ponen enfermos porque es una enfermedad para la que no tenemos ningún tratamiento”, se lamentó Murga. En la actualidad hay en torno a 4.000 positivos y en seguimiento más de 20.000 vascos puesto que se rastrean cuatro o cinco personas por cada caso. “Invito a toda persona a que repase en los últimos 10 días qué conductas de riesgo ha desarrollado”, dijo Murga.

Pese a la elevada cifra de casos, el sistema sanitario aún está en condiciones de asumir esta carga extra de trabajo. Así, Murga aseguró que la capacidad hospitalaria vasca es suficiente y que no se ha tenido que llamar, como ha sucedido en otras comunidades, a profesionales de vacaciones. “Se había dejado un colchón y tenemos capacidad tanto en planta como en UCI que se podrían multiplicar por diez”, indicó. “Si se mantiene este nivel de crecimiento nos permitiría sobrepasar mediados de septiembre sin tener que adoptar actuaciones específicas”. En este punto recordó que el 28 de marzo fue el día de mayor número de hospitalizaciones y el 11 de abril el de mayor número de fallecidos, “porque hay un desfase entre el diagnóstico, la hospitalización, el ingreso en UCI y los fallecimientos”. Sobre el número de defunciones, Salud realiza el recuento “agrupando las causas”, de tal forma que en la última semana evaluada (del 3 al 9 de agosto) se produjeron cinco fallecimientos directos por covid-19, frente al único caso que se dio en semanas previas. “Ya hay una semana en que se ha multiplicado por cinco”, alertó.