La experiencia de la enseñanza on linepor la pandemia ha sido satisfactoria, pero la UPV/EHU confía en la asistencia física para poder sacar adelante el próximo curso. De hecho, ha planificado su particular hoja de ruta para poder volver a las clases -adaptadas al escenario originado por la pandemia- en la que primará la seguridad y la salud del alumnado y el personal universitario. Por ejemplo, escalonando los horarios de entrada y de salida o fijando numerus clausus por aula. Y es que, tal y como ya adelantara DEIA, un 75% de las asignaturas de este curso próximo serán presenciales.

Por todo ello, la institución académica ha previsto toda una batería de medidas encaminadas a garantizar la protección de la salud del alumnado y del personal universitario. Por ejemplo, respetando la famosa distancia anticontagio y vistiendo la mascarilla cuando no sea posible mantenerla. Eso sí, se evitará que el alumnado esté más de dos horas seguidas con la protección facial puesta y establece 15 minutos de descanso entre periodos que, por razones docentes, excedan ese límite. Además, se limitará el movimiento de estudiantes dentro de los centros.

Y todo ello sin descuidar la excelencia educativa, tal y como subrayó ayer Nekane Balluerka, rectora de la UPV/EHU. De hecho, otra de las líneas de trabajo para encarar la era postcovid en el mundo de la enseñanza universitaria proporcionará una mayor cobertura académica a la evaluación continúa. Los exámenes serán presenciales, pero por si acaso, la UPV/EHU ya tiene sobre la mesa un plan B dadas las circunstancias excepcionales e imprevisibles que acompañan a la pandemia. Todas las asignaturas, sin excepciones, deberán tener una alternativa.

La sugerencia lanzada desde el Consejo de Gobierno de la UPV/EHU habla de “diferentes pruebas entregables y ejercicios” que se administren a lo largo del periodo lectivo y que posibiliten la evaluación secuenciada. En definitiva, una presencialidad adaptada a las circunstancias que obligará a reorganizar los espacios de las facultades y campus para asegurar la máxima asistencia, lo que incluirá el establecimiento de turnos en la docencia.

En ese sentido, desde la UPV/EHU resumían que el modelo de presencialidad adaptada “supone un entorno de aprendizaje en el que el contacto con el personal docente es estrecho, aunque el seguimiento sea, en ocasiones, telemático”. En las modalidades prácticas de enseñanza (laboratorios, talleres, etc.) “se persigue optimizar el tiempo de estancia en esos espacios. Cuando no sea posible la presencialidad plena, esas instalaciones se utilizarán solo por el tiempo necesario para la experimentación o la actividad de que se trate”, apostillaban fuentes de la institución académica.

En cuanto a la docencia, se prevé complementar el aprendizaje preferentemente presencial con clases telemáticas, pero se recomienda que no se impartan de manera exclusivamente virtual más de dos asignaturas por grupo y cuatrimestre, ni más de 15 créditos en el caso de titulaciones de máster. También se aconseja que la actividad presencial sea prioritaria en las modalidades prácticas frente a las de carácter magistral y expositivo.

Por su parte, el alumnado debe conocer con antelación -antes del inicio del periodo de matriculación- cuál será la organización general del curso y de las asignaturas. Las tutorías, eso sí, podrán ser realizadas vía telemática. Y en el caso de que aquellos estudiantes que por circunstancias excepcionales no puedan acudir a clase, se realizarán las adaptaciones académicas y pedagógicas oportunas. Así queda reflejado en esta hoja de ruta elaborada por el equipo rectoral y enriquecida con aportaciones de los distintos colectivos presentes en la universidad.

“Se ha tenido en cuenta que debemos realizar una planificación flexible porque no podemos conocer a ciencia cierta cuál será la situación sanitaria en septiembre, octubre o diciembre del próximo curso, pero sí podemos establecer las previsiones necesarias para reaccionar ante cualquier escenario, positivo o negativo, que se pueda producir”, describía ayer la rectora de la UPV/EHU Nekane Balluerka.

Recursos

La adaptación de la docencia al modelo de presencialidad adaptada supondrá, en los casos en que sea necesario, la dotación de nuevos recursos: cámaras, micrófonos, altavoces, nuevo equipamiento informático, refuerzo de la formación del profesorado, ayudas reintegrables para el alumnado, servicio de préstamo de ordenadores y apoyo para la conexión a Internet dirigido al alumnado con dificultades económicas.

75%

El Consejo de Gobierno de la UPV/EHU aprobó ayer las ‘Orientaciones para la planificación de la enseñanza y el aprendizaje’ para el próximo curso 2020-2021 y aboga por que al menos el 75% de su docencia sea presencial; esto es, que al menos tres de cada cuatro asignaturas tengan docencia presencial.