El Grupo Irizar ha dotado a sus autobuses de la posibilidad de instalar cámaras inteligentes que detectan si las personas que quieren acceder al vehículo tienen fiebre o si todos los pasajeros llevan la mascarilla puesta entre otras soluciones para evitar la propagación del COVID-19 en el transporte público.

La cámara de control, que se sitúa a la entrada del vehículo, está dotada de un sensor de temperatura corporal que en caso de que el pasajero supere los 37 grados emite una alerta mediante la cual informa al viajero de que no puede acceder al autobús, ha informado el Grupo Irizar en un comunicado.

Los autobuses podrán ser desinfectados en 30 minutos de forma automática sin pasajeros a bordo por aeronebulización mediante la instalación de una toma fija en el vehículo al que se conecta un equipo exterior a través de unas boquillas.

Asimismo la compañía guipuzcoana ofrece a los operadores mamparas para separar el habitáculo del conductor y paneles divisorios en las butacas así como un dispositivo purificador del aire que disminuye hongos, bacterias, virus, compuestos orgánicos volátiles y alérgenos y se instala en el equipo de climatización.

Estos últimos también contribuyen a prevenir la transmisión de infecciones a través de bioerosoles, ya que garantizan renovaciones completas del aire interior entre 3 y 6 minutos, concluye el comunicado.