En las redes sociales ha colgado infinidad de vídeos en los que Diego Pérez, con su particular sentido del humor, ha animado a sus numerosos seguidores con divertidas historias; el actor ha bailando con desparpajo por su casa para celebrar el día de la danza; rodeado de rollos de papel higiénico (producto estrella donde los haya) ha dado consejos, compartido sus vivencias e incluso, la semana pasada, sugirió diferentes look para salir a la calle después de tantos días de confinamiento. "Los primeros días se me pasaban las horas volando", confiesa. A su perra Carmen le encanta chupar cámara. "Es modelo", dice.

Vaya ritmo que ha llevado.

—Tienes toda la razón. Empecé con mucha fuerza. Tuve que plantearme bajar el ritmo porque no me daban los días. Pensé: Chico estás más estresado que cuando estabas en la calle.

Cada vez se le veía con los pelos más revueltos.

—¿Perdona, me vas a decir que con las peluquerías cerradas alguien estaba bien peinado en casa?

Bueno, hay quien se ha hecho un apaño.

—Pues no he sido yo. Y me he fijado y en la calle se veía cada raíz... qué mal lo habrán pasado sin poder ir a la pelu. En los vídeos salía con los pelos así por solidaridad a la inmensa mayoría.

Todo un detalle. ¿Qué tal lo ha llevado?

—Bastante bien, empecé con muchas ganas. La verdad es que me he tomado el confinamiento con mucho humor; lo he hecho como terapia. Luego me he ido desinflando. Creo que le ha pasado a mucha gente.

Ha sido una fórmula para aguantar esta situación excepcional.

—Así ha sido. La realidad no se puede cambiar, pero sí cómo afrontarla y llevarla mejor. Cada uno lo ha hecho como ha podido. No podía caer en la desesperación.

De la noche a la mañana se paró de seco todo.

—Eso es. Todos los proyectos previstos se vieron afectados y de repente me vi en casa parado y confinado. No me lo podía permitir. Eso sí, las primeras semanas aluciné.

¿Con qué?

—Todo el mundo tenía en casa un violín, un piano, un acordeón, un saxofón, un bafle... ¡De dónde sacaba la gente todo eso! Para mí que ya sabían que esto iba a pasar... (Risas).

El covid-19 ha agudizado el ingenio de las personas.

—Ha sido increíble.

¿Además de grabar vídeos qué ha hecho para matar el tiempo?

—Taichí. Me encanta y me ha venido muy bien. También he aprovechado para cocinar, para leer...

¿No tiene ganas de despertar de una vez de esta pesadilla?

—Uf, enorme. A veces estoy sentado en el sofá y me pregunto en qué momento ha pasado toda esta locura. Las calles vacías, la gente con mascarillas... Es como una película de ciencia ficción.

¿Qué tiene ganas de hacer?

—Abrazar a todo el mundo. Ese contacto con la gente lo hemos perdido. Y me apetece irme de poteo, que es algo muy nuestro.

Paciencia.

—No nos queda otra, ¿verdad? Te incluyo en mi lista de abrazos.

"Los primeros días aluciné; todo el mundo tenia en casa un violín, un acordeón, un bafle..."

"En esta cuarentena he aprovechado para practicar taichí, para cocinar y también para leer"