LAS fake news, hasta el punto de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el propio ministro de Justicia español, Juan Carlos Campo, han tenido que salir al paso para desmentir algunas de estas falsas noticias, ante la posibilidad de que pudieran ejercer un efecto negativo. Algunas, probablemente fruto del aburrimiento, solo parodian situaciones, en tiempos de reflexión, pero en otros casos suponen un atentado contra la salud.

Hace una semana se difundió a través de WhatsApp una invitación para dedicar los aplausos vizcainos del pasado martes a las 20.00 horas al médico del hospital de Basurto Aitor García. El motivo que aducía el mensaje era que, a pesar de ser el más joven de los facultativos del centro bilbaino, había atendido a casi 400 casos pacientes de covid-19 y que él mismo había enfermado. Pues bien, resulta que el supuesto médico que aparece en la imagen no era otro que Ángel, el actor porno más joven del Estado.

Este bulo, a parte de pecar de insolente en un momento en el que los sanitarios se están jugando su vida, no tiene consecuencias contra la salud. Sin embargo, hay otras noticias falsas que tienen derivadas peligrosas. Tal es su incidencia estos días que desde la propia red de WhatsApp tuvieron que tomar cartas en el asunto para lo que quiere limitar que una misma noticia se distribuya de forma masiva acotando su difusión.

El ministro de Justicia español apuntó a un cambio legislativo a futuro "para dotarnos de instrumentos legales contra quienes contaminan a la opinión pública". Campo planteó la necesidad de revisar los instrumentos legales con los que se cuenta para impedir los bulos "o al menos para que no se vayan de rositas los que contaminan la opinión pública de manera grosera y sin justificación ninguna". Por su parte, la fiscal de Sala coordinadora en materia de criminalidad informática, Elvira Tejada, señaló que si bien "el bulo, en términos generales, no es delito" en cambio sí se mostró partidaria de examinar cada caso concreto y sus consecuencias para comprobar si tiene encaje en el Código Penal.

Desde el 18 de marzo, Twitter ha eliminado más de 1.100 mensajes con contenido engañoso y ha detectado más de 1,5 millones de cuentas en todo el mundo dirigidas a discusiones sobre el coronavirus con "comportamientos de manipulación o spam".

No todos los bulos son iguales ni su contenido es igualmente creíble. Tampoco todas las personas son igualmente vulnerables a lo que ya se conoce como fake news. La propia OMS se ha visto en la necesidad de abrir una página para contrarrestrar los bulos, no solo sobre los de coronavirus que inundan estos días las redes sociales y que sí pueden atentar con la salud de las personas físicas, sino sobre cualquier otro aspecto.

Así, la OMS desmintió que los secadores de manos maten el coronavirus, como afirman algunos rumores. Tampoco son ciertas las recomendaciones que se hacen de la necesidad de asegurarse de tener boca y garganta siempre húmedas y no secas. "Tome sorbos de agua cada quince minutos porque incluso si el virus llega a la boca, al beber agua o líquidos, lo arrastrará a través del esófago y el estómago, donde el ácido de este lo matará", decía una de esas fake news

El Gobierno español advirtió el sábado de un bulo que circula por las redes sociales sobre una publicación en el Boletín Oficial del Estado en la que aparecen fechas del levantamiento de algunas de las restricciones recogidas en el estado de alarma con motivo del coronavirus. "España sigue en una fase de confinamiento ante el covid-19 y no se ha iniciado aún la desescalada. Circulan informaciones en torno a las restricciones del estado de alarma. Confía siempre en fuentes oficiales", apuntó La Moncloa en un mensaje desde su perfil de Twitter.

Osakidetza también tuvo que desmentir varios bulos referentes a la petición de plasma así como respecto a su aplicación.

Mientras tanto, los bulos se extienden por las redes sociales y tampoco hay vacuna contra ellos.