- En muchas empresas se está implantando el teletrabajo. ¿Es difícil adaptarse al cambio?

—La gente va a tener que adaptarse al teletrabajo y está bien, pero dependiendo del sector en el que trabaje y el tamaño de la empresa, se hace de una forma u otra. Y ahí sí creo que la gente debería ser lo suficientemente inteligente para adaptarse a cualquier situación. Es decir, hay que pensar en la flexibilidad, no ser rígido, porque es una situación excepcional. El tema del teletrabajo puede ser una oportunidad para abrir una nueva ventana de forma de hacer las cosas, para romper la barrera del presencialismo en nuestra empresa e ir a un tema de resultados.

Hay a quien le costará adaptarse a esta nueva situación.

—Mucho.

¿Cuáles son las dificultades que puede encontrar una persona acostumbrada a ir a diario a la empresa y que ahora tenga que quedarse en casa a trabajar?

—Depende del nivel de flexibilidad y rigidez de esa persona. Y depende de las características de la casa y las comodidades que tenga. Pero básicamente depende de la motivación que tenga para hacerlo, si la gente tiene motivación, lo hace.

Ha comentado que las personas mayores tienen más recursos intelectuales para hacer frente a situaciones extremas o de incertidumbre. Y las generaciones jóvenes, ¿están preparadas?

—Están preparados, puede ser que no estemos acostumbrados. Se trata de aceptar las incomodidades que esta situación pueda suponer, pensar que se pueden convertir luego en sentimiento de orgullo, de pertenencia y de haber hecho las cosas bien por los demás. Y socialmente haber podido salir de esto.