OS operarios continuaban afanándose ayer en montar el escenario de la crucifixión de la Pasión Viviente en el frontón. El graderío del Campo de las Monjas para los primeros actos del Viernes Santo ya está listo. Pero las estampas de colegios cerrados y niños, pocos, en la calle, no concordaban con lo que cabría esperar un jueves laborable normal a menos de un mes para la Semana Santa. La primera localidad de Bizkaia en clausurar sus cuatro centros educativos trata de acostumbrarse a la realidad que impone el coronavirus con medidas adicionales de cierre de servicios municipales.

Los acontecimientos se precipitaron al confirmarse el positivo de una trabajadora de la ikastola Zubi Zaharra que se contagió en la Escuela Oficial de Idiomas de Zalla. Cuando se tuvo conocimiento de que el domingo, antes de saber el resultado de la prueba, había participado en un taller organizado en la villa con motivo del Día de la Mujer, la consejería de Educación ordenó suspender las clases en la localidad para evitar que los niños pudieran extender el covid-19 a grupos de riesgo.

El día después, las familias "están tranquilas", subrayó el director del centro, Mikeldi García. Para los tres primeros cursos de Primaria se ha puesto a su disposición material impreso. De cara a Secundaria, se ha reforzado el apoyo tecnológico vía ordenador "que el alumnado ya está habituado a utilizar". El equipo docente acudió con normalidad a la ikastola, aunque "algunos están cogiendo bajas para cuidar de los niños para que no se queden con los abuelos". En el instituto de ESO y Bachillerato, pese a que "muchas de las asignaturas ya se impartían de forma virtual", indicó la directora, Pilar Vidal, "estamos articulando" cómo minimizar el impacto de la medida con vídeos o tutoriales de los docentes. Sobre la repercusión para los estudiantes que afrontan este curso la prueba de acceso a la universidad, "las instancias más altas tomarán una decisión". "La plantilla está aquí para atender las consultas" que demanden alumnado, padres y madres.

A pie de calle se palpaba ambiente de "preocupación, pero tampoco debemos exagerar", a juicio de María Pilar Sánchez, que cuidaba al nieto de una amiga que trabaja. Con ella, su madre. "Salimos a la calle sin alarmismo", zanjaron. "Realmente, no tengo miedo", señalaba Jessica Pérez, cuya hija de 6 años estudia en Zubi Zaharra. "El problema es que no te crees al 100% lo que transmiten las autoridades", confesó Beatriz Pascual.

En opinión de Julio Mata, que regenta un bar frente a la ikastola, "para la hostelería de Balmaseda resultaría más preocupante que se anulara el mercado medieval de mayo antes que el Vía Crucis porque nos genera más retorno". Con los grandes eventos en el aire, en el Hotel San Roque confirman que se están anulando reservas "para este fin de semana".

Clausura de instalaciones, también en Zalla. Balmaseda anunció ayer el cierre de ludoteca, gazte txoko, kultur etxea, biblioteca, casa de la mujer, teatro y polideportivo y no habrá mercado. Zalla clausuró servicios y recintos municipales, salvo el SAC.

¿Y la Pasión Viviente? "Estamos realizando un informe" que será enviado a Salud Pública "para que valoren" si instituciones superiores no dictan restricciones, explicó el alcalde, Aitor Larrinaga.