Bilbao- Como parte de su tesis doctoral, Alexander Trinidad ha elaborado un estudio que analiza los factores que influyen en la comisión de delitos por parte de menores de edad. En el futuro se difundirán más informes centrados en otros aspectos del fenómeno de la delincuencia juvenil en el contexto de la Comunidad Autónoma Vasca con el objetivo, entre otros, de contribuir a elaborar campañas de prevención.

¿Por qué se ha centrado en el contexto de los delitos y no en sus autores?

-La intención era analizar la casuística de la delincuencia juvenil desde una perspectiva contextual. Hasta ahora en nuestro contexto, en la CAV, se ha estudiado la delincuencia juvenil desde perspectivas sociales o individuales, a nivel psicológico o social. Pero el lugar, el ambiente o la hora a la que ocurre el delito no habían sido analizados.

¿Esos factores son importantes?

-Si queremos prevenir la delincuencia es necesario estudiar cada elemento que contribuye a que ocurra. No es lo mismo cometer un delito a las 11 de la mañana en la Gran Vía que a las 12 de la noche en una zona de fiesta. Debemos conocer qué elementos hay a nivel contextual, tiempo, espacio, personas de las que el joven está acompañado, si hay consumo de alcohol o no€ esas circunstancias que podrían ser importantes a la hora de cometer un delito.

¿Cuáles destacaría?

-Obviamente en las áreas metropolitanas, donde hay mucha gente y más establecimientos de ocio, se produce más delincuencia juvenil, sobre todo si tenemos en cuenta que la gran mayoría de los delitos que cometen los jóvenes son hurtos. Hemos analizado el contexto donde ocurre el delito y sus factores, también el tipo de instalaciones de ocio de riesgo y no riesgo que hay en los municipios. La conclusión más importante de este estudio es que necesitamos adaptar a nuestro contexto las variables que se asocian a la delincuencia juvenil en contextos anglosajones y las teorías que se dan como universales.

En el estudio no se ha encontrado una vinculación entre el ocio de riesgo y delincuencia juvenil y se apunta a formas de ocio propias.

-No hemos bajado al individuo, es un estudio macro centrado en los municipios. En este estudio lo que se puede intuir es que los lugares donde se cometen delitos asociados al ocio de riesgo podrían ser esos lugares propios de nuestro entorno y que, según otros estudios, son las lonjas, el botellón, los centros autogestionados.

¿Cree que la rebaja de la edad penal podría atajar la delincuencia juvenil?

-Reducir la edad penal sería un error. No tendría sentido, la educación es la base. No tiene sentido encerrar a un menor que ha cometido un delito y aún más si está en una edad en la que es maleable.