GASTEIZ. Unas cifras que ha calificado de "notables para una organización pequeña" el actual ararteko, Manuel Lezertua, quien ha señalado que la defensa de los derechos humanos y de la dignidad de todas las personas, en especial de las más vulnerables, es "un empeño de largo aliento" para esta institución y ha confiado en que siga así durante los próximos 30 años "como mínimo".

El Ararteko ha celebrado este lunes el 30 aniversario de su creación con un acto protocolario en el Parlamento Vasco en el que la presidenta de la Cámara, Bakartxo Tejeria, y los miembros de la Mesa han recibido a Lezertua, a exarartekos y al defensor de pueblo español en funciones, Francisco Fernández Marugán.

Tras la firma en el libro de honor todos ellos se han desplazado al Palacio Europa de Gasteiz para participar en un acto institucional presidido por el lehendakari, Iñigo Urkullu, en el que han estado presentes varias autoridades vascas.

Lezertua, en una breve intervención, ha puesto en valor a las organizaciones sociales que representan a distintos ámbitos que, según ha dicho: "son nuestras antenas, son aquellas que nos ayudan a identificar los problemas reales que aquejan a la ciudadanía".

El lehendakari ha señalado que el Ararteko se ha constituido en un colaborador crítico con la administración "para colmar las lagunas que inevitablemente se pueden producir en el sistema de garantía de los derechos de la ciudadanía".

Esta, ha continuado, es una figura clave en las democracias europeas y sigue las recomendaciones de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas que instaban a todos los países a crear un órgano que recibiese las quejas relativas al funcionamiento de las administraciones.

Urkullu ha subrayado que el Ararteko ha logrado "tender un puente de relación constructivo" entre la sociedad y las instituciones. "Habéis conseguido socializar la mejora continua, siempre en defensa y en favor de los derechos de la ciudadanía", ha manifestado.

También ha intervenido Fernández Marugán, quien ha recordado que ningún país se ve libre de discriminaciones, de pobreza ni vive al margen de la desigualdad, el racismo o la intolerancia.

Los defensores del pueblo, ha continuado, tienen que hacer frente a un conjunto de retos como el cambio climático, la inmigración o la desigualdad.

Ha puesto de manifiesto que los defensores no forman parte de "elementos de tensión y litigio". "Han hecho un trabajo muy meritorio y encuentran la aprobación y el calor de una parte de la sociedad", ha concluido.

Por su parte, Bakartxo Tejeria ha resaltado que esta institución a través de sus acciones ha desarrollado una mejor protección y vigilancia de los derechos humanos, especialmente de las más vulnerables.