BILBAO. La Fiscalía de Menores abrió un total de 190 expedientes en Euskadi por agresiones de hijos a padres en 2018, de los cuales un total de 101 se incoaron en Bizkaia, 59 en Gipuzkoa y 30 en Araba, según un estudio publicado por la Fundación Amigo. Las cifras del citado informe, titulado Violencia filio-parental en España. Datos 2018, señalan, según indicó la citada fundación en un comunicado, “el grave problema social” que constituye esta violencia filio-parental, dado que los expedientes abiertos aumentaron un 3,6% a nivel estatal el pasado año y supusieron un total de 4.833 procedimientos incoados a menores por este tipo de delito, frente a los 4.665 registrados durante 2017, pese a lo cual se estima que sólo se denuncian los casos más graves, entre un 10% y un 15% del total.

Por ello, según indicó se trata de un problema que en la mayoría de las ocasiones “es oculto”, por lo que, a juicio de la Fundación Amigo “es necesario dar visibilidad y concienciar a la población del problema existente”, en la medida en que, según explica el análisis, este tipo de delitos supone ya el 17,8% del total de los expedientes abiertos a menores de edad a nivel de todo el Estado. La fundación indicó que tras analizar las diferentes memorias regionales de las Fiscalías de Menores de cada comunidad autónoma, los datos muestran resultados “muy heterogéneos”, de tal modo que Andalucía es la Comunidad Autónoma donde se abren un mayor número de expedientes a menores por este tipo de delito, con un total de 1.034 durante 2018, seguida de la Comunidad Valenciana, con 832; la Comunidad de Madrid con 686; los 405 de Canarias y los 358 de Cataluña.

190 expedientes en la CAV

En el caso del País Vasco durante 2018, se abrieron un total de 190 expedientes a menores por violencia contra sus padres o madres, de los que 101 se iniciaron en Bizkaia, 59 en Gipuzkoa y 30 en Araba. La psicóloga de la Fundación Amigo, Irene Gallego, indicó que la violencia filio-parental se ha estabilizado en los últimos años en cuanto al número de denuncias, aunque señaló que estos datos únicamente señalan las situaciones más graves, mientras que “existe una cifra negra que no se detecta porque no se llega a la denuncia”. Por ello insistió en que sigue siendo necesaria una labor de “sensibilización y prevención que evite la instauración de la violencia en el ámbito familiar”.