PARÍS. Los pescadores se enfrentan a una multa de 22.500 euros, así como la confiscación del vehículo y el barco que llevaban.

Según las autoridades francesas, los tres pescadores desembarcaron en el puerto de Saint-Gildas-de-Rhuys con 110 kilos de percebes y material de pesca, tras lo que fueron detenidos por agentes de asuntos marítimos de Morbihan y militares de la brigada de gendarmería de la localidad vecina de Sarzeau.

"El percebe es un crustáceo frágil de crecimiento lento. Debido a la estricta supervisión y control de la pesca este recurso es sostenible a día de hoy, de ahí la importancia de luchar contra la pesca furtiva", indicó la nota de la prefectura.

En el departamento de Morbihan la pesca del percebe está limitada a ciertos días al mes, desde el amanecer hasta el atardecer, y a tres kilos por pescador.

La prefectura resaltó que en los últimos años ha habido un importante tráfico de percebes entre Francia y España, debido principalmente a que en España sus precios pueden llegar a alcanzar los 200 euros el kilo en muchos restaurantes.

La fiscalía de Vannes se ha hecho cargo de la investigación.