MADRID. El pasado 22 de mayo, Ibar, de 47 años de edad y que ha pasado 25 años en prisión, 17 de ellos en el 'corredor de la muerte' en la cárcel de Raifrod, logró esquivar la condena a muerte al no conseguir el jurado popular la unanimidad necesaria. Finalmente, fue condenado a cadena perpetua tras ser declarado culpable el 19 del pasado mes de enero.

Tras casi un mes en el centro penitenciario de evaluación de Miami tras esta decisión, Ibar ha sido trasladado al Okeechobee Correctional Institution, abierta en 1995 y con capacidad para 1.632 presos, donde está previsto que cumpla la condena a cadena perpetua.

Esta prisión, ubicada en la ciudad de Okeechobee, en el condado del mismo nombre del estado de Florida, facilitará las visitas a su mujer Tanya, al encontrarse más cerca de su residencia. La familia de Ibar ya está cumplimentando los trámites necesarios para acudir a visitarle.

La defensa de Pablo Ibar ya inició a principios del mes de junio los pasos previos para el recurso de solicitud de repetición del juicio y ahora ha recordado que se ha pasado de tener a una persona "con fuertes pruebas de inocencia en el corredor de la muerte a tenerla condenada a cadena perpetua" y la única forma de cambiar esa situación es a través de una apelación y luego una nueva repetición de juicio.

En este sentido, las previsiones de los abogados es que la repetición del juicio se pueda retrasar de dos años, la visión más optimista, hasta los seis años, la más pesimista.

En 2016 la Corte Suprema de Florida anuló la sentencia de pena de muerte y ordenó repetir el juicio, al determinar que había tenido "una defensa ineficaz" y había sido condenado a partir de pruebas "débiles e escasas".

Ibar fue detenido el 14 de julio de 1994 en Miami Dade por allanamiento de morada y robo, delitos por los que fue condenado a ocho años de cárcel. El 8 de agosto de ese año fue acusado del triple crimen cometido en Miramar, pese a que éste siempre defendió su inocencia y aseguró que esa noche había estado con su novia, Tanya Quiñones, con la que posteriormente se casó.

El primer juicio fue declarado nulo por falta de acuerdo del jurado, el segundo aplazado, pero en el año 2000 se le consideró culpable y fue condenado a muerte. Tras los recursos de la defensa, en 2016 el Tribunal Supremo de Florida anuló la condena a pena capital y ordenó repetir la vista oral.