Bilbao - “El envejecimiento de la población, la incorporación mayoritaria de la mujer al mercado laboral y la falta de relevo en las tareas de cuidados dentro del hogar han derivado en la importación de mano de obra barata para cubrir esa necesidad de cuidados”, explicó Gotzone Olarra, coordinadora del informe Al cuidado de la vida, impulsado por Intermón Oxfam, que analiza la situación de las trabajadoras de hogar y cuidados en Euskadi, poniendo el foco en las mujeres inmigrantes.

Gotzone Olarra y Ana María Palacios -abogada experta en derechos humanos- expusieron ayer que la existencia de unos servicios de cuidados low cost, sustentados en su mayoría por mujeres migrantes, evidencia situaciones de vulneración de derechos laborales, explotación y precariedad que hay que combatir exigiendo el cumplimiento de los derechos ya reconocidos, la supervisión por parte de los organismos públicos y de cambios legislativos.

El informe Al cuidado de la vida, que contó con la colaboración de la Diputación de Bizkaia, aborda la situación laboral y personal de las trabajadoras de hogar y cuidados, de las que se estima que hay unas 100.000 en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV), a través de los relatos de mujeres nicaragüenses “que llegan a Euskadi a buscarse la vida, a trabajar, huyendo de la violencia y de la crisis y encuentran que su única salida son los trabajos de cuidados, en muchos casos como internas”, expuso la coordinadora del trabajo. Según Ana María Palacios, las malas condiciones laborales de las mujeres nicaragüenses con las que contactaron para conocer su experiencia migratoria quedaban patentes en las dificultades para encontrar tiempo para las entrevistas. “Muchas internas -señaló Palacios- solo tienen una hora libre, a veces solo los domingos o festivos. Su situación laboral dificultó la realización de las entrevistas”. Sobre las principales preocupaciones de las trabajadoras inmigrantes, Palacios indicó que “varían en función del tiempo que lleven en Euskadi”, pero destacan su situación administrativa, el estado de los familiares -sobre todo, hijos- que dependen de ellas y se han quedado en su país, y “tener siempre trabajo para poder mantenerse y enviar remesas”.

Sin seguridad social Aunque el informe se centra en los relatos de mujeres nicaragüenses, su situación es extensible a otras muchas trabajadoras de hogar y cuidados que no están dadas de alta en la Seguridad Social, que tienen unos derechos limitados por la legislación y otros “que se incumplen sistemáticamente”, y que, además, asumen unas responsabilidades que no les corresponden. “Cubrir las necesidades de cuidados dentro de las familias no puede pasar por vulnerar los derechos de las mujeres”, afirmó Gotzone Olarra, quien llamó a promover “la contratación ética y responsable” y propuso una serie de tareas a las administraciones para garantizar el cumplimiento de derechos y acabar con la explotación y la precariedad en los hogares.

Por todo ello, Intermón Oxfam pide al Gobierno español que ratifique el Convenio 189 de la OIT y adopte sus disposiciones en la normativa interna, que elimine el régimen laboral de trabajadora interna y les reconozca derechos como la prestación de desempleo o el acceso a la jubilación. Al Gobierno vasco, las diputaciones forales y los órganos municipales, Intermón Oxfam les pide que garanticen la protección de los derechos de las trabajadoras -a través de la inspección de trabajo, de Osalan y con campañas-, que faciliten el empadronamiento y otros mecanismos que permitan acreditar el arraigo y que publiquen información actualizada sobre las prestaciones y servicios vinculados al cuidado.