bilbao - “La criogenización hoy en día es un acto de fe con el bolsillo lleno de posibles económicos”, enfatiza Francisco LLedó, catedrático de Derecho Civil de la Universidad de Deusto, que ha presentado recientemente su último libro sobre Aspectos jurídicos-científicos de la criónica en seres humanos; el derecho a vivir después de la muerte. (Editorial Dykinson, S.L.) en un acto organizado por la Asociación Mujer Siglo XXI.

Criogenizar plantas, animales... es una técnica bastante conocida. ¿Tiene éxito?

-En el mundo animal parece que sí, pero el problema es si se puede trasladar al ser humano. La inquietud surge cuando en el mundo tenemos más de 2.000 supuestos criogenizados. Para hablar con propiedad, cadáveres criogenizados, porque a veces se les llama hasta pacientes criogenizados, aunque para proceder a ello el sujeto tiene que haber fallecido.

Aquí se entra en otro debate, el momento de la muerte biológica

-Sí. Por ejemplo, si sirve con la muerte clínica, si es suficiente con que a la persona le deje de latir el corazón y su actividad respiratoria pero continúe teniendo actividad cerebral y se pueda actuar antes de evitar la destrucción celular; antes de que el tejido del cerebro tenga un daño irreparable. Además, se debe de llevar a cabo esta congelación en los primeros diez minutos tras certificar la muerte del sujeto para dejar la actividad enzimática y metabólica a cero; ya que no debe haber un daño irreparable celularmente hablando, porque entonces estaríamos criogenizando un cadáver y congelando otro.

¿Es una leyenda urbana que Walt Disney esté criogenizado?

-Realmente sus cenizas están en un cementerio en EE.UU. Es cierto que en vida sí comentó su deseo, pero los herederos no lo llevaron a cabo porque, entre otras cosas, está técnica cuesta mucho dinero; no está al alcance del bolsillo de cualquiera. Al margen de esto, nadie te asegura que vuelvas a la vida como el Ave Fénix: Es un acto de fe con el bolsillo lleno de posibles económicos. Al analizar un contrato actual con la Sociedad Americana de Criogenización parece un verdadero brindis al sol.

¿Por qué?

-En principio lo llaman donación de restos anatómicos en el que se habla del día de mañana, sin especificar plazos, con lo cual el problema que surge es quién paga el almacenamiento y la conservación del cadáver mientras esté crionizado. Surgen muchos problemas, como quién puede plantear que se devuelva el cadáver y en qué plazo. Puede ocurrir que cuando volviera a la vida no tuviera ningún heredero que lo reclamara.

El paso cualitativo de llevar esta técnica a los humanos ¿qué especificidades acarrearía?

-La posibilidad es la de vencer la muerte, lo que siempre ha querido el ser humano: llegar a lograr la inmortalidad de los dioses. Con un plan en dos fases. La fase A es el antienvejecimiento, todo lo relacionado con la regeneración celular, la clonación, la sustitución de células viejas por nuevas; todo lo que se refiere a alargar la vida por una vía genética sana. No se trata de tener 100 años y con unas características genéticamente malas, sino de prolongar la vida por la sustitución del epigenoma, por las células pluripotentes que posibilitan sustituir las células, los tejidos y órganos que están en mal estado.

¿La sociedad está preparada para tener sujetos que vivan 130 años?

-Aquí se producirían cambios en la Ley de pensiones y en la vida laboral que ahora es imposible plantear. Y entraríamos en la fase B. Si tras 120 años de haber sido criogenizado se conoce cómo curar la enfermedad causa de su muerte, cabría plantearse la descongelación, aunque creo que hoy por hoy es utópico y que existen muchos problemas técnicos, éticos y legales. Si ha fallecido por un cáncer de páncreas, la clave sería lograr su solución, así que el problema no solo sería la des congelación. Los científicos más entusiastas dicen que al cabo de 40 o 50 años esto será efectivo. Pero imaginemos que pueda realizarse, así como evitar el hielo en los tejidos -la vitrificación que se llama-, aún quedaría la condición de haber logrando vencer el cáncer.

Esto moverá millones de euros

- Las grandes empresas tecnológicas como Appel, Google, Microsot, etc. están invirtiendo miles de millones de dólares en Silicom Valey en este tema, porque pasa a ser la gran industria del futuro; el alargamiento de la vida será un gran negocio del día de mañana. La decisión será que me entierren o me incineren o, si tengo mucho dinero, que me criogenicen.

Como dice Harari, ¿no jugamos a ser Dioses?

-Estamos en enterrar a Darwin; hoy por hoy, científicamente creo que es imposible, pero eso no quiere decir que no haya importantes empresas de criogenización en el mundo, sobre todo en EE.UU., en Rusia y en la India. Alguien puede pensar, como en la película de Allien, cuando el teniente Riplay vuelve al cabo de más de 50 años a un mundo para él absurdo, ¿cómo quiero yo vivir en un mundo que no es el mío? Un mundo donde mis conocimientos ya no sirven. Imagínate un abogado, un arquitecto... que vuelva a la vida al cabo de 60 años, de qué le servirían sus conocimientos en el supuesto de que se logre revertir la conciencia.

¿Se crioniza también el cerebro?

-Hablamos asimismo de la posibilidad de que eso sea luego implantado en organismo basado en un cuerpo robótico, cibernético, en el que no habría teóricamente problemas. Otra cosa es si cabe copiar todo el cerebro como una especie de programa informático donde hay miles de millones de neuronas. Sí, como decía Stephen Hawking, esto fuera posible, entonces tendríamos cada cual una especie de copia de seguridad de nosotros mismos que se podría trasplantar a otra persona. Hablamos de la inmortalidad.

En la parte jurídica, ¿qué interrogantes les surgen a los expertos en derecho como usted: herencias, testamentos, cadenas perpetuas...?

-Por ejemplo, ese muerto que revierte a la vida, ¿es la misma persona que falleció u otra distinta? Además, vamos a dar a entender qué es el cadáver; es una cosa o forma parte de la herencia, y quién puede disponer de él. Porque hasta ahora los usos que se daban de él era para fines científicos, para donación de órganos. Pero si criogenizamos el cadáver y resucita a la vida al cabo de 50 años, la primera cuestión es considerar si es la misma persona, porque ésta falleció. Desde el punto de vista jurídico hay una certificación de la defunción en el registro civil, por lo cual el legislador debiera de plantearse si el sujeto renacido pudiera reinscribirse para que tuviera capacidad jurídica.

¿Habría que crear un nuevo estatuto de las personas?

-Así como hay personas físicas, jurídica, criónicas, dentro de poco habrá robóticas. Ya hay una recomendación en el Consejo de Europa para que se dé personalidad jurídica a los ciberrobots, que además pueden combinarse, por ejemplo un ciberrobot con una persona con un cerebro trasplantado.

¿Se clarificaría si es persona o no?

-Sí. Si tiene derecho al nombre, a los apellidos, herencia. Si puedo nombrarme heredero de mi mismo por si vuelvo al cabo de 50 años. Imagínate que me he hecho un fondo fidecomiso... Por si vuelvo a la vida al cabo de 50 años.

¿Quién heredaría?

-La herencia de esta persona se habría repartido entre los herederos. El tema es si este sujeto habría tenido previsión y estableció en su día un testamento con fidecomisario para que lo administraran los sucesivos herederos. Si vuelve tras los 30 años este sujeto no podría reclamar ningún bien de la herencia que se repartió porque han pasado los plazos de prescripción. Por ejemplo, la Asociación Americana, o una europea criogénica le podría asesorar jurídicamente a esa persona para seguir lo que dictó. Todo parte de si le damos una seguridad jurídica a esta “nueva” persona. Suponemos que se puede casar, que puede llegar a tener derechos civiles, a ser presidente del Gobierno, alcalde...

¿No podemos estar creando con esta “inmortalidad” un mayor ahondamiento entre ricos y los pobres?

-Crionizar el cuerpo puede costar medio millón de dólares, a lo que se suma lo que lo que valga el tiempo de almacenaje y de mantenimiento, que puede ser elevadísimo. Así que es un debate que se va a producir. Los sujetos criogenizados serán los supermillonarios, que en lugar de tener tres aviones privados o comprarse una isla, congelan su cuerpo. Y además podrán comprar tejidos, órganos etc. ¿Y si vuelve a la vida y no le gusta?

¿Podrán pedir la eutanasia activa?

-Es uno de los interrogantes porque su mundo habrá desaparecido. Y sobre las condenas penales que citabas, ¿el tiempo que se está criogenizado puede ser de condena porque es la misma persona o no? Esto sí provocará una distinción social como sucede con la gestación subrogada que permite que solo los que tienen fondos acudan a los países donde esto es lícito; y si no, nada de nada.

Cordeiro y Wood en su libro La muerte de la muerte cifraban 2029 como el fin de la enfermedad y 2045 como fecha de inmortalidad. ¿Qué opina usted?

-Lo que es un hecho real y avanza muchísimo son los ciberrobots, la inteligencia artificial, el big data.... Según el test de Alan Turing el ser biónico llegará en 2040. Cuando hables con una persona puede que no sepas si es un sujeto o un robot. Porque llegará la inteligencia artificial a sustituir a la información puramente biológica o genética; el código genético se sustituirá por el código binario Esto sí se va a producir.

¿Será mejor morir en Estados Unidos o en la Unión Europea?

-Eso puede establecerse en un seguro de muerto, y esto puede abrir unas espitas importantes para las compañías de seguros. Una especie de seguro específico para que me aseguren que me criogenizan. Ahora aquí se regula el enterramiento, la incineración por un decreto de 1974, de política sanitaria, que habría que reorganizarlo, pero si no se armoniza, cada país legislará a su aire.

Las dudas parecen infinitas

-Los trashumanistas dicen con absoluta convicción que todo esto llegará. Cada vez es más factible que un sujeto pueda pensar en diversas opciones: Sepultarse, incinerarse, criogenizar... Ahí está el caso de una adolescente de 14 años, a la que hace dos un tribunal de familia de Londres ha permitido a sus padres que pudieran criogenizar a la niña.