Madrid - Este año morirán 26.200 personas a causa de infecciones provocadas por bacterias multirresistentes (BMR), es decir, que no responden a los antibióticos, en España, un país que es líder mundial en el consumo de estos fármacos “sin ninguna causa epidemiológica que lo justifique”.

El dato es una estimación que avanzó el presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), José Miguel Cisneros, y que forma parte de la segunda edición del registro de pacientes afectados por estas bacterias, unos microorganismos “que suponen una amenaza para la salud pública mundial”. Y lo hizo en la rueda de prensa de presentación del Congreso de la SEIMC y en la que explicó que los datos son fruto de un estudio realizado en marzo y en el que participaron un total de 133 hospitales.

Si la semana en la que tuvo lugar el estudio se repitiera a lo largo del año, las estimaciones suponen que 221.958 pacientes sufrirán una infección por BMR en 2019 y de ellos, morirán 26.271 en los días siguientes al diagnóstico, lo que confirma la importancia de “este problema extraordinario”.

En este sentido, Cisneros aseguró que los datos no son “ninguna sorpresa” porque España está “a la cabeza del mundo” del consumo de antibióticos “sin ninguna causa epidemiológica que lo justifique” y “a la cabeza de Europa en infecciones por bacterias multirresistentes”, con lo que, ha insistido el experto, “los datos han cuantificado la magnitud del problema”. Este y otros datos se presentarán de forma detallada durante una de las mesas redondas del congreso, indicó Cisneros.

Herramienta sin financiación El presidente del SEIMC señaló que se cuenta con una herramienta para abordar este problema, como el Plan a la Resistencia de los Antibióticos, que “es bueno” pero “carece de financiación”. En este sentido, señaló que las cifras de este registro las pondrán a disposición de las autoridades sanitarias de forma que puedan decidir los recursos necesarios para afrontar “este reto”.

Para el presidente de la SEIMC, “todos hemos contribuido” a que exista este problema: por un lado, los profesionales, que han recetado antibióticos “de forma inadecuada”; por otro, los ciudadanos que no cumplen con las indicaciones médicas en cuanto a la dosificación y duración de estos medicamentos; y también las autoridades sanitarias por no dotar el Plan de Resistencia de recursos. “Hace falta una financiación específica”, abundó Cisneros, quien entre las recomendaciones contra estas bacterias multirresistentes se encuentra algo tan simple como una buena higiene de manos. - Efe