BILBAO. Osakidetza incorpora desde ayer la deficiencia de biotinidasa en el catálogo de enfermedades que se pueden detectar en los recién nacidos mediante la llamada prueba del talón, “de la que Euskadi fue pionera”. El objetivo de esta prueba es prevenir discapacidades asociadas a enfermedades congénitas, mediante su identificación precoz, según recordó el Departamento vasco de Salud.

La deficiencia de la biotinidasa es hereditaria y no da síntomas al nacer, pero sí durante la infancia. Desde la Consejería explicó que, “debido a que el cuerpo no puede reutilizar la vitamina biotina, resulta difícil procesar nutrientes importantes, lo que, a su vez, puede causar graves problemas de salud”.

Por ello, remarcan, un diagnóstico precoz y un adecuado tratamiento “son fundamentales para permitir el normal desarrollo del bebé afectado y para evitar secuelas irreversibles”. En palabras de la consejera de Salud del Gobierno vasco, Nekane Murga, con la incorporación de la deficiencia de biotinidasa, “se da un gran paso en la prevención de la salud de los neonatos afectados, posibilitando que crezcan sanos”. Se trata, según destacó, de “una de las inversiones en prevención más eficaces por su innegable balance beneficioso en términos de salud poblacional”. De este modo, ha subrayado la importancia de realizar esta prueba a todos los niños.

Más de 700.000 pruebas

La llamada prueba del talón se realiza analizando una muestra de sangre obtenida mediante punción del talón al recién nacido una vez que ha cumplido 48 horas de vida y antes de abandonar el hospital. Según explican desde el Departamento de Salud, Euskadi fue la primera comunidad autónoma en ofrecer este programa de forma integral y como servicio preventivo bajo la responsabilidad directa de la administración sanitaria pública vasca, con cobertura total y universal, tanto para los bebés nacidos en hospitales públicos como privados. En los 37 años que lleva en marcha ha cribado a más de 712.000 recién nacidos, lo que ha permitido detectar 307 casos positivos de diferentes patologías, sobre todo hipotiroidismo congénito (188 casos), y 924 casos de bebés portadores de alguna enfermedad que ha requerido consejo genético familiar, como anemia falciforme o fibrosis quística, entre otras.

La introducción de nuevas enfermedades en el cribado se realiza atendiendo a los criterios establecidos por los organismos internacionales y que tienen en cuenta no solo la existencia de métodos de detección, sino también la disponibilidad de medios asistenciales.