gasteiz - La gran fiesta de la Korrika, que se venía fraguando desde el sábado por la tarde en Gasteiz, estalló con gran intensidad durante la mañana de ayer y abarrotó la Plaza de la Virgen Blanca durante la celebración de su acto central. La lectura del mensaje secreto por parte de su autora, la bertsolari Maialen Lujanbio, colapsó por completo el centro de Gasteiz y llenó de euskera y fiesta todo el centro. El buen tiempo acompañó y la participación fue masiva, por lo que resultó del todo imposible realizar un cálculo aproximado del número de personas que se congregaron para presenciar la llegada del testigo a la balconada de San Miguel. Sin embargo, de acuerdo con el sentir general, hubo incluso más gente que cualquier 5 de agosto.

Después de recorrer más de 2.500 kilómetros y pasar por más de 2.500 manos, el lekuko de la Korrika recorrió sus últimos metros pasadas las 12.30 horas, siguiendo escrupulosamente el horario establecido. Un pasillo permitió que Maialen Lujanbio, autora del mensaje que se escondía en su interior, lo recogiera y ascendiera a la balconada para revelar su contenido. Lo hizo cantando y contando “que el euskera no es una aplicación para los asuntos que atañen al euskera sino que debe estar en el sistema operativo de nuestro pueblo”. “Por ello hacemos Korrika, desde el pasado y hacia el futuro. Hacer para impulsar. Impulsar para llevar a cabo. Hacer, la ciudadanía. Impulsar, los movimientos sociales. Llevar a cabo, las instituciones”, expuso.

En su fusión entre bertso y alegato, Lujanbio habló también de “miles de vidas y voluntades unidas por el euskera”. Una perfecta representación de lo que ocurría en ese mismo instante en la plaza, abarrotada de niños, jóvenes, adultos y, sobre todo, de familias enteras festejando la gran celebración del euskera.

Acto seguido, la coordinadora general de AEK, Mertxe Mujika, ofreció el discurso final de esta Korrika y tuvo unas palabras de recuerdo para Marian Leon y Uxua Larretxea, miembros de la organización. Explicó que esta 21 edición representa el arranque de una nueva era para el euskera. Un momento que debe llegar acompañado de una nueva forma de actuar, sustentada en el trabajo en común y en el liderazgo compartido. “Dentro de dos años, en la Korrika 22, tendremos la posibilidad de analizar y valorar qué ruta han recorrido y qué fruto han dado los kliks de ahora”, subrayó.

“Si deseamos construir una Euskal Herria euskaldun, debemos hacer Klika en el sistema operativo; debemos hacer Klika en todos los lugares influyentes, lo cual en ocasiones podrá resultar sencillo o arduo, dependiendo del caso”. Tras recordar que la Korrika es el evento más multitudinario del mundo a favor de una lengua, Mujika manifestó la intención de AEK de convertir el euskera en “universal”. Y anunció que, cuando concluyeran sus palabras, la fiesta continuaría, como así fue, a lo largo de toda la jornada por Vitoria.

Al grito de tipi tapa, korrika, los corredores portaron el testigo durante casi cuatro horas por los diferentes barrios. Además de políticos, numerosos representantes de colectivos sociales y organizaciones empuñaron el lekuko hasta hacerlo llegar al corazón de la ciudad. Entre ellos, destacaron los representantes del movimiento LGTBI e Iban y Aitor, los dos alumnos del Instituto Mendebaldea, gemelos y ambos con autismo, que protagonizaron uno de los momentos más emotivos de la jornada.

La carrera llegó a la capital alavesa a las 8.22 horas después de 11 días recorriendo toda Euskadi, Iparralde y Navarra. El broche de oro lo puso un extensísimo programa de actividades que, como recordó Mujika, ha requerido de meses de trabajo por parte del equipo de AEK. Mercados, ferias, numerosos conciertos y actuaciones de DJs, espectáculos de magia y humor, bailes, bertsos y talleres, entre otras iniciativas. Todo ello distribuido en siete zonas y que, sin duda, hizo que la 21 edición de la Korrika resultase histórica.