UNA gran mayoría de la ciudadanía muestra su apoyo a la llegada del Tren de Alta Velocidad al País Vasco por las posibilidades de movilidad rápida que ofrece en Euskadi y, sobre todo, por los viajes de larga de distancia a Madrid, Barcelona o Burdeos.

Sin embargo, también hay quienes se muestran en contra de esta gran infraestructura por lo que supone de inversión económica y porque no la creen necesaria para conectar las capitales vascas. Y eso, a pesar de que el coste medio pueda ser de 8 euros en una conexión entre Bilbao y Donostia que se podrá en recorrer 45 minutos, mientras que con Gasteiz se quedará en media hora, como anunció el jueves el Gobierno vasco.

David Gutiérrez y Estibaliz Gabantxo son ejemplos de estos últimos. Usuarios habituales del transporte público, ayer se encontraban con Nuria Busto y Alicia López de Castro en el hall de la estación de La Concordia tras haber recogido a sus hijos del colegio de Zalla donde estudian y haber llegado a Bilbao en el servicio de Feve. “Venimos todos los días en este tren”, explica Estibaliz mientras los pequeños juegan sin problemas en el vestíbulo de la vieja estación que atiende los convoyes ahora gestionados por Renfe. Un servicio con el que se mostraba crítica al considerar que “va de mal en peor porque no se invierte en los trenes de Cercanías, que son los que realmente mueven a la gente”.

Esta joven vecina de Bilbao no cree en las bondades del futuro TAV y está en contra de su construcción. Opina que “tenemos una red ferroviaria que, mejorándola adecuadamente, podía funcionar bien como transporte”. En la conversación entra David para aportar otro argumento. Considera que “los ciudadanos no solo se desplazan en sus viajes entre las tres capitales vascas, también se mueven entre los pueblos y las ciudades de tamaño medio, y esas necesidades no van a ser cubiertas con el TAV”.

Ambos se muestran esquivos con el desarrollo urbanístico que se ha dado a conocer en líneas generales para la gran superficie que surgirá tras el soterramiento de la estación de Abando para acoger las nuevas líneas del TAV. Una nueva infraestructura cuyas obras darán comienzo a finales de 2020 y se espera que entre en servicio en 2023, acogiendo también a los trenes de Feve que conectan la comarca de Enkarterri con Bilbao.

“Tapar las vías” Estibaliz argumenta que “es una limpieza de cara que se hace habitualmente, que al ciudadano le puede parecer muy bonito porque puede empezar a utilizar ese espacio, pero realmente lo que hace es tapar las vías”. Asegura que “se va a construir una infraestructura para un servicio que mucha gente ha estado en contra de él, pero al final se lleva a cabo”. David va más al detalle de lo que se va a construir por encima de ese gran espacio para la ciudad. Apunta que en los planos y diseños que se han dado a conocer “van a poner un lote de edificios en la zona de la calle Bailén delante de la explanada, una promoción justo delante de San Francisco”. Opina que “en lugar de ofrecérsela a los vecinos que llevan toda la vida viviendo en Sanfran, les pone un grupo de edificios”. Considera que “quienes va a disfrutar de ese nuevo espacio serán los que compren esas viviendas a precio de centro urbano y no los vecinos cercanos”.

A David no le convence el hecho de que casi la mitad de las viviendas previstas sean residencias de precio protegido y considera que “se crea un espacio urbano nuevo al lado de un barrio que no ha sido precisamente bien tratado. Por lo menos ese barrio lo tenía que disfrutar y no ponerle una barrera delante”.

De vuelta a la problemática del transporte, ambos apuestan por una movilidad más cercana a la gente. De hecho, valoran muy positivamente otros métodos de transporte. Estibaliz expone como “el servicio de Bilbobus está muy bien, los trenes de Cercanías de Renfe también son buenos e incluso son más rápidos que el metro, supongo también porque son más directas las vías y tiene menos paradas. También tomamos el tranvía”.

Es cuando Nuria Busto baja aún más al asfalto para poner en cuestión el transporte de las dos ruedas en Bilbao. “Lo que está fatal son los carriles bicis, los cortan todos”, indica. Reconoce que el nuevo parque municipal de bicis eléctricas “facilita el uso de este transporte, pero no da seguridad a la hora de circular”. Cree que deberían “haber habilitado antes un sistema de bidegorris decente y luego desplegar las bicis”. Es más, pone en valor “la planificación de bidegorris diseñada, que está en la web del Ayuntamiento”, pero critica que “no esta desarrollada ni ejecutada”.