MADRID. Ángel Hernández, detenido en Madrid por suministrar una sustancia para ayudar a morir a su mujer, que padecía una enfermedad terminal, asegura en una carta que su esposa quería poner fin a su vida y, ante la incapacidad de realizarlo por ella misma, no hubo "más remedio" que ayudarla a cumplir su deseo.

En la misiva, fechada el pasado 10 de marzo y que este jueves ha enviado la asociación Derecho a Morir Dignamente a los medios, Ángel explica detenidamente la enfermedad de su esposa, María José Carrasco, de 61 años, quien desde 1989 padecía una esclerosis múltiple con una discapacidad del 82 % y llevaba años solicitando ayuda para morir.

"Esta historia quedará concluida cuando María José en su derecho a poner fin a su malvivir y en uso de su libertad decida seguir adelante con su suicidio. Es evidente que el deseo de María José a fin de que se cumpla necesita que se la ayude, por su incapacidad a realizarlo por ella misma, y como es una constante en ella demandar ese auxilio no habrá más remedio que proporcionarle esa ayuda para que su deseo se cumpla", afirma el marido.

Ángel Hernández fue detenido ayer por la tarde en el domicilio en el que el matrimonio residía, situado en la calle de Federico Sainz de Robles, en el distrito madrileño de Moncloa-Aravaca.

Al lugar acudieron, poco antes de las tres de la tarde, los sanitarios del Summa que confirmaron el fallecimiento y alertaron a la Policía de que el marido le había suministrado una sustancia para provocar la muerte a su mujer, que se encontraba en fase terminal.

En la carta, el hombre relata que la mujer a causa de su enfermedad sufría brotes repetidos, con una frecuencia de una o dos veces al año, marcha inestable, así como, incontinencia vesical y en ocasiones rectal y precisaba ayuda de terceras personas para realizar las actividades cotidianas como asearse, alimentarse o vestirse.

Defiende que la eutanasia sea considerada "como un derecho de libre elección de toda persona" con una enfermedad irreversible que le produzca una existencia de dependencia y sufrimiento que no desea.

Quiere dejar claro que su mujer recibía cuidados paliativos y "de buena calidad", una asistencia que reclama para todo aquel que lo necesita o demanda pero insiste en que "también tiene que existir el derecho al suicidio asistido cuando una persona como María José así lo pida".

"Los cuidados paliativos no son una alternativa a la eutanasia, los dos deben coexistir, y por libre elección decidir por uno de ellos", abunda el detenido.

Por último, se dirige a los "negacionistas" de la existencia a este problema: "nos gustaría que fueran conscientes del dolor que ocasionan a todos aquellos que como María José y su familia sufren por su actitud".

En este sentido, subraya que "algunos legisladores deberían evolucionar hacia posiciones menos contrarias a la eutanasia para evitar que alguien que lo necesite tenga que transitar por los mismos caminos que anduvieron María José y Ángel".

GRABACIÓN DE UN VÍDEO María José Carrasco y Ángel Hernández grabaron en dos vídeos, uno el martes día 2 y otro el miércoles 3, el consentimiento de ella y su petición para que él la ayudara a morir.

"Adelante", le dijo este martes María José a Ángel después de que éste comentara: "Me lo has pedido muchas veces, más de las necesarias, pero claro... Yo confiaba en que se iba a aprobar lo de la eutanasia, pero visto lo visto..."

Ahí es cuando le dice que "adelante", una de las pocas palabras que puede articular con dificultad María José, tal y como se aprecia en las imágenes que ha difundido esta mañana Telecinco.

Esta primera conversación se produce en una habitación. Él está sentado en una silla junto a ella, reclinada en un sofá rojo, tapada con una manta, con la mirada perdida. Y él mirándola atentamente.

Así le pregunta: "¿sigues con la idea de suicidarte?", a lo que ella contesta, sí

Él: "¿Quieres esperar algo?

Ella: No

Él: ¿Quieres que se lleve a cabo ya?

Ella: Sí

Él: ¿Sabes que te tengo que ayudar yo, que no hay nadie que te pueda ayudar y además no estaría bien..?

Ella: Sí

Él: Tú lo sabes. Me lo has pedido muchas veces, muchas veces, más de las necesarias, pero claro yo confiaba en que se iba a aprobar lo de la eutanasia, pero visto lo visto...

Ella: "Adelante".

Él: Hoy es 2 de abril de 2019. Entonces ¿quieres e insistes de que quieres suicidarte?

Ella: Sí

Él: Vamos a ver, ¿quieres que lo prepare y que lo hagamos mañana?

Ella: Sí

Él: Bueno, pues no hay nada más que hablar.

Ella: Cuanto antes mejor.

Es la conversación que mantienen en el primer vídeo. En el segundo vídeo, Ángel está de pie junto a la cama en la que está tumbada María José.

Él: ha llegado el momento, el que tanto deseabas (ella asiente con la cabeza y le mira emocionada)

Yo te voy a prestar mis manos, eso que tu no puedes. Yo te voy a prestar mis manos. Primero, vamos a probar con un poquito de agua, porque no sé yo si puedes tragar ¿sabes?. Si vemos que no puedes tragar, lo abortamos porque...(él le da entonces a probar con una pajita algo de un vaso)

¿Qué crees? (le pregunta para ver si puede tragar)

- Ella: Que sí

- Él: Te lo doy entonces. No es mucho, pero puede que sepa mal o sea que tienes que soportarlo. ¿Estás decidida?

- Ella: Sí

- Él: Pues adelante. A ver, dame la mano, que quiero notar la ausencia definitiva de tu sufrimiento

Ahí finaliza el vídeo que ya tiene la Brigada de Homicidios de la Policía Nacional que investiga los hechos, a la que llamó Ángel, según ha dicho esta mañana en Telecinco Agustín Pérez, reportero de "Cuatro al Día", el periodista al que llamó sobre la una de la tarde de ayer para contarle que María José había fallecido.

Pérez ha contado que conoció a la pareja hace cinco meses, cuando hizo un reportaje sobre la situación que atravesaban.

Ayer, Ángel lo esperaba en el rellano de la vivienda y le contó lo ocurrido y que había llamado a la Policía y al Samur.

Los agentes que se desplazaron al lugar tomaron declaración al periodista y luego le llevaron a la comisaria.

Agustín ha asegurado que Ángel cuidaba de una forma "impresionante" a su mujer, que se querían "muchísimo", que era una pareja que llevaban juntos más de 25 años, que no tenían hijos y que habían disfrutado de la vida.

Pero en los últimos años la enfermedad de ella había degenerado porque le daban muchos brotes, y no podía ni tragar ni respirar. "No era vida, y ella quería finalizar con esto, una muerte digna, y el único que podía ayudarla era su marido. Y él tenía clarísimo que no se iba a ocultar", ha comentado el periodista.