Bilbao - “Estamos indignados, hartos, enfadados de que este conflicto siga metido en las aulas; a nuestros hijos les están vulnerando el derecho a la educación”. Nekane Pujana, de Bilbao, resumía ayer el sentir de las más de dos mil familias afectadas por la huelga en los colegios concertados que se manifestaron en Bilbao para exigir una solución al conflicto que afecta a 117.000 escolares y que se enfrentará a partir de mañana a cuatro nuevas jornadas de paro. “Esperamos que las tres partes implicadas, patronales, sindicatos y Gobierno vasco, asuman sus responsabilidades. Esta semana tienen la oportunidad de hacerlo en la Mesa del Consejo de Relaciones laborales, de ir a ella y no levantarse hasta conseguir un acuerdo que permita acabar con la inaceptable situación en que nos encontramos”, reclamaron en el comunicado leído al finalizar la marcha en la plaza del Arriaga.

Como plasmaron en los signos de interrogación que portaron en sus manos a lo largo del recorrido desde la sede del Gobierno vasco en la Gran Vía hasta el Casco Viejo, las familias de los centros de iniciativa social de la educación concertada siguen sumidas en la incertidumbre sobre el futuro del conflicto. “Nos hacemos cientos de preguntas ante esta situación que estamos sufriendo al ver vulnerado el derecho a la educación de nuestros hijos e hijas, y que no tienen respuesta por ninguna de las tres partes”, lamentaron, incidiendo de nuevo en la necesidad de que el departamento de Educación del Gobierno vasco se implique en su resolución. “¿Por qué las partes no llegan a un acuerdo? ¿Por qué el Gobierno vasco sigue sin asumir su responsabilidad cuando es la Consejería de Educación la que determina la aportación económica de la escuela concertada? ¿Por qué los sindicatos no han aceptado la última propuesta de las patronales? Si las patronales no pueden afrontar el importe de las reivindicaciones porque el convenio está obsoleto, ¿por qué no piden su revisión? ¿Por qué se está vulnerando un derecho fundamental y nadie dice nada, excepto nosotros, las familias?”, se preguntan. Y quieren respuestas “claras”, también a las dudas que se les plantean de cara al futuro. “¿Hasta cuándo vamos a tener que esperar para que este conflicto se solucione? ¿Van a permitir las tres partes que el curso que viene se repita esta situación por falta de acuerdo y nuestro hijos vuelvan a perder horas lectivas?”, cuestionaron los asistentes, quienes denunciaron asimismo tanto los “irrisorios” servicios mínimos, que hacen que los niños estén “mal atendidos” como la situación a la que se enfrentan los alumnos de 2º de Bachillerato, “que se juegan su futuro al enfrentarse a la selectividad sin parte del temario dado correctamente”.

Los padres y madres, que corearon consignas como “La concertada está secuestrada” o “Sin subvención no hay educación”, han visto abrirse, sin embargo, un resquicio de esperanza en el emplazamiento que realizaron el viernes los sindicatos ELA, Steilas, CC.OO., LAB y UGT a la consejera de Educación, Cristina Uriarte, y a las patronales a una reunión en el Consejo de Relaciones Laborales (CRL) para intentar seguir las negociaciones el próximo martes, por lo que solicitaron un compromiso a las tres partes. “Que no se levanten de la mesa hasta conseguir un acuerdo”, exigieron a todos ellos.

Se trata de la tercera manifestación que realizan las familias afectadas desde que comenzaron las huelgas y, según avanzaron al término de la misma, están dispuestos a seguir adelante para seguir pidiendo una solución que permita sacar el conflicto de las aulas. “Seguiremos luchando por el futuro de nuestros hijos e hijas; ellos, como llevamos diciendo desde la primera manifestación, son nuestro motor”, reconocieron.

“Es una vergüenza” Nieves Alonso, de Arrigorriaga, no termina de entender la razón por la que se está dilatando el conflicto. “Estamos hasta la boina. Los padres lo único que pedimos es que se sienten a negociar. Es de vergüenza que en la fecha en la que estamos no hayan llegado a ningún acuerdo”, lamentaba junto a Inma Santos, de Bilbao. “Y lo peor es que nos vamos al próximo curso así, porque esto no tiene visos de solucionarse”, advertían. “El nivel curricular está bajando muchísimo y mira dónde estamos: ahora una semana de huelga, luego Semana Santa, otra convocatoria en mayo... Se acaba el curso y aquí están todos cerrados en banda”, echaban cuentas, además de exigir también que el Gobierno vasco se involucre en la negociación. “Por mucho que digan, también les incumbe a ellos. Como Educación, tendrían que al menos mediar y decir Hasta aquí hemos llegado. Lo tienen que arreglar de alguna manera”, consideran estas madres con alumnos en 3º de ESO. “Él va a clase pero van dos o tres, así que, aunque esté el profesor, no avanzan materia”, explicaba Nieves. “Y, entre tanta huelga, ni ellos mismos están centrados y pierden la dinámica y los conocimientos que les permiten ir avanzando. Cuando tienen clase les meten todo con embudo”, lamentaba Inma. “Se habla mucho de los de Bachiller pero también en otros cursos se está notando muchísimo”.

María José Maza compartía el mismo sentir. “Este conflicto está llegando muy lejos; de aquí a Semana Santa nos quedan ocho días lectivos”, advertía. “El colegio está abierto pero los niños están viendo películas, pintando... Entendemos el derecho de los profesores a la huelga, como todos los trabajadores, pero nos gustaría que sacaran el conflicto de las aulas. Los que están perdiendo en todo esto, al final, son los niños. Y parece que ninguna de las partes está dispuesta a llegar a un acuerdo”, criticaba con enfado.