BARCELONA. "En estos tiempos en los que el papa Francisco pide perdón por los casos de pedofilia ocurridos en Estados Unidos o Australia, aquí la Fundación, en vez de estar con las víctimas, está regateando hasta el último céntimo, y eso que tiene una póliza de seguros", ha señalado el fiscal ante el tribunal que juzga a Benítez.

El exdocente declaró ayer martes a los jueces que la escuela Maristas de Sants, donde daba clases de educación física, encubrió un caso de abusos sexuales que cometió contra un estudiante en 1986 y que, tras ello, continuó perpetrando otros delitos parecidos porque se sentía "amparado" por la congregación.

Para el fiscal, la fundación tiene "una enorme responsabilidad moral porque si en 1986 hubiese actuado como debería, estos hechos no se habrían producido",y ha subrayado no tener "la menor duda de que el beato Marcelino Champagnat -fundador de la congregación de Hermanos Maristas- en el cielo está conturbado con la actuación de su fundación".

De acuerdo con el testigo de los dos mossos d'esquadra que declararon el lunes, la escuela se resistió a facilitarles información sobre Benítez al margen del nombre completo, tras la primera denuncia presentada contra él.

La acusación considera a la Fundación Champagnat como responsable civil subsidiaria de los delitos cometidos por Benítez a cuatro estudiantes menores, por lo que la fiscalía solicita una indemnización que ha elevado hasta los 90.000 euros.

También mantiene la petición de una pena de 22 años de cárcel y 14 de inhabilitación al considerar "plenamente probado" que Benítez abusó sexualmente de los cuatro menores, que presentan "gravísimas secuelas" a causa de esos hechos y que puede reincidir en ellos.

Para el fiscal, Benítez tiene una "capacidad empática muy baja, nula consciencia de la problemática, no tiene sentimientos de vergüenza o culpa, es egocéntrico", además de presentar "narcisismo, excentricidad, sadismo y alta dominancia".

Por eso, señala, "con este perfil, existe un evidente peligro de que en el momento de que deje estar bajo focos de la prensa y la Justicia y salga de prisión tenga altas probabilidades de volver a reincidir".

El fiscal mantiene además que Benítez era "plenamente responsable de sus hechos" y "conservaba plenamente sus capacidades cognitivas y cognoscitivas" cuando cometió los delitos, pese a que sólo reconoció dos casos.

Una situación que achaca a la veintena de denuncias contra el exprofesor que los Mossos aseguraron haber recibido -la mayoría de ellas ya prescritas- y a "la enorme cifra negra" de casos no denunciados.

"Son tantos niños (de los que abusaron) durante 35 años que esa cifra negra es la que le puede dar estos olvidos", ha remarcado.

De acuerdo con el informe que ha leído ante el tribunal, el testimonio de los alumnos, "corto, pero contundente", constituye prueba "suficiente" para condenar al acusado, dado que en los delitos sexuales "la única prueba real es la declaración del único testigo que hay, que es la víctima".

Por contra, ha tildado la declaración de Benítez de "muy light (ligera), cínica, sádica, narcisista, ególatra, superflua, sibilina y falsa en muchas ocasiones".

Considera probado así que los estudiantes carecen de motivos para vengarse de Benítez puesto que este era "el profesor guay, al que todos querían, el más cercano a los alumnos" y que las acusaciones no han incurrido en contradicciones durante su declaración.

Y ha concluido parafraseando un verso de una canción del músico Josep Maria Mainat, integrante de la Trinca: "Nos pedían que fuéramos castos y puros, mientras que con la mano tonta nos magreaban".

Benítez es el único profesor de la escuela de Hermanos Maristas que se sienta en el banquillo de los acusados por pederastia en este caso, pese a que otros doce docentes han sido denunciados por delitos parecidos -muchos ya prescritos- cometidos contra una cuarentena de estudiantes durante décadas y en varios centros.